martes, 16 de octubre de 2012

10 maneras de preparar a una mamá para un mal parto




1. Trata su embarazo como una enfermedad y a su bebé como un tumor extraño.

Esto creará el marco idóneo para sentirse enferma, odiar el embarazo y desear que acabe lo antes posible. También plantará la semilla de la duda sobre la capacidad de su cuerpo de hacer algo bien.

2. Pruebas, pruebas, pruebas

En lugar de hablar con ella y escuchar sus inquietudes, hazle pruebas caras e invasivas para enfermedades y afecciones que muy probablemente no la afecten. De este modo no tendrá tiempo para decirte lo que sí le pasa, como haría si realmente CONOCIERA a su profesional de la salud, y (como ventaja adicional) la llenará de ansiedad sobre su embarazo y su parto. Algo podría salir mal en CUALQUIER momento.

3. Dile que su cuerpo no funciona

Es importante que lo hagas con sutileza. No te conviene que la mamá se enfade y salga huyendo; tan sólo debes infundirle la suficientes dudas de sí misma como para que crea que te necesita. Algunas frases buenas: “El bebé es un pelín grande...”, o “me preocupa que tus resultados para la prueba de X hayan salido en el límite, creo que te deberíamos hacer la prueba otra vez” … estos son buenos ejemplos. (Por supuesto, un clásico es “estás engordando un poquito de más”)

4. Realiza exámenes vaginales frecuentes durante el embarazo

Esto te ayuda a establecer la dominancia ya que ella está en una posición de sumisión mientras que tú adoptas la del macho Alfa. Además, son molestos, y todos sabemos que nadie se pone a cuestionar nada cuando no lleva las bragas puestas. También es un excelente momento para emplear el punto núm. 3 (p.ej. “huumm, tienes la pelvis bastante estrecha”.

5. Recuerda: siempre puedes encontrar un motivo para inducir

Para cuando la fecha de parto se acerque, la mamá debería haberse concienciado de su incapacidad total de funcionar sin ti y de tener un bebé por sus propios méritos. Está sugestionable y ahora es el momento de ofrecerle una inducción. Además, estará cansada e incómoda (especialmente si está centrada en el punto núm. 1) y creerá que la estás ayudando. Recuerda, todo vale como motivo para inducir, desde que el bebé es pequeño hasta que es grande, pasando por cualquier opción de en medio.

6. Dale una fecha de parto

Hasta ahora te has asegurado de tratar su embarazo y parto como un examen que es incapaz de superar. La fecha de parto es el colofón perfecto. La hace más abierta al punto núm. 5 (inducción) y le recuerda que si no lo hace todo perfecto (por ejemplo, tener al bebé en la fecha establecida), no recibirá un 10 en su examen de embarazo y parto. ¿Cómo podría dar a luz en condiciones una mujer que no ha tenido a su bebé cuando correspondía?

7. Recuerda, la pitocina es tu amiga

Llegó la hora del parto! Incluso si la mamá es una de las pocas que tiene a su bebé cuando debería, puedes usar pitocina para hacerlo más doloroso. Si no, puedes usarla para inducir el parto. A estas alturas ella estará prácticamente suplicándote que la ayudes a sacarle el bebé. La pitocina tiene muchas funciones: 1) es muy buena para la inducción 2) es muy buena para hacer el parto más doloroso 3) es muy buena para hacer que tenga al bebé rápidamente y 4) es muy buena para hacerte sentir necesitado.

La mamá ya sabe que no puede hacer esto ella sola sin ayuda de la tecnología y sabe que el parto es DOLOROSO y HORRIBLE. No le digas que la pitocina lo empeora. Ella se alegrará de que que estés allí para hacérselo más fácil.

8. ¡Fármacos!

Llegados a este punto, ella estará de rodillas ante el altar de la tecnología moderna y la medicación, y se sentirá agradecida por los “expertos” que la rodean, que pueden hacer que el dolor se vaya. Aquí entras tú. Sólo un experto titulado puede proporcionar analgésicos. ¡No serás un caballero sobre su blanca montura, pero sí llevas una bata blanca y una aguja y eso es suficiente!

9. ¡Siempre puedes hacer cesárea!

Y si lo anterior no resulta para sacar al bebé, no te preocupes: ¡puedes salvar el día con una cara, rápida e invasiva cesárea!

Tiene un montón de beneficios: 1) Consigues salvarla a ella y a su bebé (shh, no le digas a nadie que para empezar, la pusiste tú en peligro con los puntos 1-8) y 2) A pesar de que la has abierto y le has sacado al bebé, ¡aún te estará agradecida de que te ocuparas de todo! De verdad que no podría haberlo hecho sin tí. ¡Menos mal que estaba en el hospital!

10. Recuerda: ¡el bebé está VIVO!

Y después de todo esto, algunas veces la mamá se dolerá de no haber tenido un parto no medicalizado (normalmente porque tiene amigas malísimas a las que les gusta aquel documental tan horrible de “The business of being born”: “el negocio de nacer”) Ahora es el momento de hacerle ver que no tiene derecho a lamentarse de no haber tenido ese tipo de parto, ya que al fin y al cabo, tiene un bebé sano. Esto también hace de sutil recordatorio de que ella es egoísta y mala madre. 

Texto de Sarah C, publicado originalmente en http://mamabirth.blogspot.com/
Traducido por Ana Isabel Chinchilla para Por un Parto Respetado






 

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