viernes, 16 de mayo de 2014

Queremos ser padres. ¿Estamos preparados?


Imagen: Leandro Lamas

"Y te transformas en tu mejor versión de ti. Y aprendes a darte por entero y dejas de ser alguien que sólo pensaba en si mismo. Así de simple, así de grande y así de extraño."
Fuente

Algo en tu interior ha despertado, el famoso “tic-tac” biológico se deja sentir y tú te encuentras ante la meta de salida. ¿Estás preparada para el disparo de salida? ¿Lo estáis como pareja?

Sabes cómo se hace un bebé, pero… ¿qué más conoces de la maternidad? ¿Qué sabes sobre el embarazo, el parto, la lactancia? ¿Quieres preparar tu cuerpo para que esté más receptivo? ¿Hay algo que ya deberías estar haciendo si estás pensando en ser mamá?
Sigue leyendo… que seguro que encuentras cosas interesantes y útiles!
En primer lugar, lo más importante, es estar segura de la decisión. Tener un hijo no es comprar una planta, ni siquiera un animal, es algo que va a poner absolutamente todo tu mundo del revés. Ya lo sabemos, ¿verdad? Tener un hijo es ir a hacer justo lo que llevas años diciendo que no harás jamás. O no hacer jamás lo que llevas años diciendo que harías cuando fueras madre. Tener un hijo es poner la vida de otra persona por delante de la tuya sin pensarlo. Parece una frase muy ‘normal’, pero reflexiona sobre la importancia que tiene, su profundo significado.
Ser madre significa dejar de ser una pareja, o una persona individual, para ser una familia, un conjunto. Ya no piensas por y para ti, sino para un grupo… y por norma, tus necesidades quedan voluntariamente en último lugar.
¿Estás preparada para pasar esa página de tu vida? Si la respuesta es un SI, quizás estemos hablando de un bebé que únicamente necesita ser fecundado, pero que ya está concebido…  Si la respuesta es NO, quizá deberías meditar un poco más la decisión.
Si aun sigues aquí, vamos a planear un poco sobre el mundo en el que deseas entrar: la experiencia más maravillosa y dura de toda tu vida. ¡Vamos allá!

LA PAREJA
Esta es una decisión de pareja, puesto que las consecuencias también lo van a ser, y además, sin vuelta atrás. Tal vez querais hacer una ‘despedida de pareja’ antes de embarcaros en esto. Porque se supone que si estáis pensando en ser padres, no es para endosarle la criatura a los abuelos en cuanto nazca para que vosotros os podais ir de fiesta como en los años que quedaron atrás. Porque quedarán atrás, sed conscientes. Esta es una nueva etapa, con nuevas alegrías y nuevos problemas, y vuestros cachorros, como crías mamíferas que son, necesitan el calor, el cariño, el tiempo y el contacto de sus padres, esten o no preparados para ser padres.
Quizá también querais poner a prueba cuántas cosas sabeis con este pequeño cuestionario.
Si hay una palabra que defina el inicio de la paternidad, es CAMBIO. Cambios en todos los aspectos de vuestra vida. Y después, RESPONSABILIDAD.
Es importante que la pareja tenga unos buenos cimientos, porque de lo contrario, el terremoto vital que supone tener un hijo puede desquebrajar todas las vigas maestras que soportan vuestra relación. Debeis ser consientes de este cambio porque cuando llegan los hijos, la pareja sufre un proceso de transformación para el que debe estar preparada. 


Aunque esto es cosa de dos, el papel del padre y de la madre es diferente. Al principio, el peso 'directo' de la crianza recae sobre la madre, que está a su vez sostenida 'directamente' por el padre. Después, el camino ha de andarse de la mano. Formar un buen equipo es necesario e imprescindible para asegurar el éxito.
 
Tendreis que decidir sobre temas importantes y quizá entonces os deis cuenta de que vuestra manera de pensar es muy diferente, pero es necesario llegar a un consenso y poneros de acuerdo, y mejor conocer vuestros puntos de vista antes de meteros en la faena, porque esto puede ser motivo de tremendas disputas e incluso rupturas de matrimonios. Id hablando de parto, alimentación, educación, de cómo os criaron a vosotros, de cómo os gustaría educar, de cuál creeis que es la mejor forma y de aquello que no quereis hacer con vuestros retoños. 
Posibles temas conflictivos: Parto intervenido o natural, lactancia materna o biberón, colecho o cuna, sueño infantil (Estivill Vs Rosa Jové), guardería o excedencia, crianza como a un igual o como a un ser inferior, escuela respetuosa, alternativa o tradicional, papillas o BLW... ¿Suenan a chino estas cosas? Pues durante la crianza surgirán, y existe la posibilidad de que seais de posturas completamente contrarias.

Este punto es muy importante, porque también han de quedar claros los límites y las distancias con los abuelos: ellos tuvieron su oportunidad, ahora os toca a vosotros. Y aunque pueden ser un apoyo indispensable y tenerlos de nuestro lado es una suerte tremenda, ha de quedar claro que ellos son los abuelos y vosotros los padres desde el principio. Que quien toma las decisiones son dos personas, vosotros. Y que no tienen derecho a intentar manipular vuestra decisión para con vuestros hijos.

Además, vuestra SEXUALIDAD cambiará radicalmente. Por un lado, la lactancia inhibe el apetito sexual de las mujeres. Por otro, el cansancio hace priorizar con el descanso por encima de 'la jarana'. Este es un punto importante que es mejor tratar al principio, porque, aunque parezca mentira, vuestra desenfrenada vida sexual va a dejar de ser lo que es ahora...
Os dejo con un dicho popular que habla de ello:
"Durante el noviazgo, mete un garbanzo en un bote cada vez que tengas sexo con tu novi@. A partir de que nazcan los hijos, saca un garbanzo del bote cada vez que tengas sexo con tu pareja. Cuando acabe tu vida sexual, es posible que aun queden garbanzos dentro del bote."
Es posible que cambiéis de amistades, que vuestros "grandes amigos" comiencen a tener poco o nada en común con vosotros, vuestra vida y vuestros intereses y que dentro de dos años veais más a otros papás que acabais de conocer que a vuestros amigos "de toda la vida". 

Ese bebe, niño después, va a querer a su papá y su mamá más que a nadie en el mundo: a vosotros. Pero ambos debeis ser merecedores de ese amor incondicional que os regalará vuestro hijo.
 
Si por el contrario tu situación es de soltería y no estás dispuesta a esperar al príncipe azul, quizá te guste conocer otros casos como el tuyo para sentirte respaldada en tu decisión. Puedes leer la experiencia de Lucía Etxebarría, de Mónica Cruz o seguir la web "Creando una familia".

LA MUJER
Tu cuerpo va a sufrir transformaciones tremendas, y es más que posible que no vuelva a ser el mismo, ni exterior ni interiormente. Olvídate de esos cuerpos de escándalo que salen por la televisión al mes de haber parido (previo paso por chapa y pintura quirúrgica), y de salir plana como una tabla del hospital. Valora la posibilidad de tener unos pechos desorbitados durante una temporada y de que tu cuerpo pueda llenarse de estrías por muchos euros que te gastes en cremas para prevenirlas. El cuerpo de la mujer se transforma con la maternidad, y es hora de que seamos capaces de apreciar la belleza de un cuerpo que ha dado la vida y dejemos de ver en él el estigma social negativo que nos han inculcado desde pequeñas. 
Os dejo con un fragmento de un texto de "tenemos Tetas" bastante ilustrativo, que me ha encantado:

"Andaba yo en el jardín azada en mano, con una camiseta vieja de tirantes, sudorosa bajo el sol, y agachada golpeando la herramienta en el suelo tratando de arrancar unas raíces, y con toda la fuerza de la gravedad sobre mis tetas, cuando mi hombretón va y me dice algo así como:
- Ayyy, cómo me pones con la azada y el sudor y las tetas colgandero. - Y yo, toda indignada le contesto:
- Pero bueno, ¿eso te parece cosa bonita de decir a una mujer, tetas colgandero? - y él: pues claro. Ahora resultará que tienes las tetas duras y redondas. Pues no, tienes las tetas colgandero. Y me gustan, que eso es lo bonito."


Es posible que con la maternidad cambie incluso tu metabolismo, tu menstruación y, de hecho, hasta tu cerebro.
Además, esas hormonas que han ido cambiando durante 9 meses en tu interior mientras estabas embarazada, después del parto comienzan a descender en picado para volver a su estado normal. Cualquiera de los dos procesos puede propiciar una depresión preparto o posparto.
Los primeros meses pueden ser duros, un bebé exige y necesita dedicación absoluta y hemos de estar preparadas para dársela, lo que quiere decir que posiblemente te parecerás más a una zombie ambulante que a la imagen actual que tienes de tí misma. Quizá te frustres porque no seas capaz de "llegar a todo" lo que quieres, lo que hacías y lo que eras "antes de". La casa estará hecha un desastre y es posible que tu único objetivo en la vida pase a ser dormir tres horas seguidas.Tranquila, todo eso es normal, pero procura poder hablar de ello con alguien de confianza capaz de ser un hombro sobre el que llorar de ser necesario.

¡Ei! No te pongas a llorar. Piensa que quienes hemos pasado por ello, a pesar de haber sufrido esas transformaciones, no cambiaríamos la experiencia de la maternidad por nada del mundo. Por algo será, ¿no? Pero es mejor saber que la maternidad no es un cuento de princesas donde vamos espléndidas con nuestro bebé perfumado e impóluto las 24 horas del día. Eso no es la maternidad, es una estafa comercial que pretenden vendernos y cuando topamos con la realidad, con nuestro bebé en brazos y nuestras hormonas descontroladas, es como una jarra de agua helada que no nos deja levantar cabeza. Y entonces, nos quejamos "es que el bebé no me deja hacer nada". Así ya vas prevenida. ;)


EL HOMBRE
Cada vez más, los hombres de nuestra sociedad dejan atrás al obsoleto prototipo machista que imperaba en las familias años atrás, involucrándose en la crianza de sus hijos y caminando al lado de su pareja. Ese es el papá que deberíamos poder esperar de nuestra pareja todas las mujeres: Un padre consciente y maduro emocionalmente.
El padre tiene un papel importantísimo en la m/paternidad, y durante los primeros meses ese papel se llama sostén emocional, físico y psicológico. La madre se tendrá que dedicar al 200% al hijo de ambos, y hacerlo mientras su cuerpo intenta volver a su anterior estado a toda prisa, causando verdaderos altibajos emocionales en todos los aspectos, por no hablar de la posible recuperación física del parto. Es importantísimo, por tanto, que cuente con el apoyo emocional y psicológico de la pareja, que la haga sentir que 'todo está bien' aunque este del revés, que todo lo que ocurre es normal y que ha de volver poco a poco a su lugar. Que él está ahí para lo que haga falta, que ella está haciendo la loable labor de criar al hijo de ambos y que él, como padre, se encarga de todo lo demás.
 Imagen: www.niazulitonirosita.com
No son pocos los hombres que se sienten amenazados en la pareja con la llegada del bebé. Sienten que el bebé reclama toda la atención de la madre y que ésta, a su vez, antepone al bebé por encima del papá. En cierto modo, el hombre de la casa se siente 'destronado', algo similar a lo que puede ocurrir en el primer hijo con la llegada de un hermanito. Con la tremenda diferencia de que el papá es una persona adulta y ha de saber encontrar su nuevo lugar en lo que ya no es una pareja, sino su familia. Y ha de ser suficientemente maduro para sostener a su pareja y velar por su hijo desde el principio, porque la mamá lo va a necesitar y porque es su obligación y responsabilidad, la nueva 'gran' palabra de la m/paternidad.
El egoísmo no tiene cabida aquí. Es intolerable que el padre exija a la reciente madre nada; ni sexo, ni limpieza, ni orden, ni un plato en la mesa. Muy al contrario, ha de asumir que su nuevo rol no se limitará a cambiar un pañal al dia y sostener al bebé mientras la madre hace todo lo demás, sinó que llevará la carga de las tareas domésticas durante un buen periodo de tiempo, que deberá conocer las necesidades de su mujer puérpera, que tendrá que actuar de filtro con la familia y las visitas y que con toda probabilidad sus necesidades sexuales no se verán satisfechas como antes, al menos durante una buena temporada.Quizás es también momento de ver la sexualidad de la pareja desde otro punto de vista.
Este punto puede resultar especialmente conflictivo en algunas parejas, así que es imprescindible dejar las cosas claras antes de encontrarnos con el problema. Si luego nos volvemos ninfómanas no será un problema... pero eso no es tan probable que pase, así que es mejor conocer lo que suele pasar de verdad.
El padre, como parte activa y miembro de la familia, ha de involucrarse en el proceso de la m/paternidad desde el principio y saber que no necesita dar biberones al bebé para participar en su crianza porque, además, lo que el bebé necesita es la leche materna de su madre.
Imagen: http://gemasmex.blogspot.mex


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