miércoles, 15 de febrero de 2012

Preeclampsia

La preeclampsia (hace años llamada "toxemia del embarazo"), es una complicación grave del embarazo que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres y suele aparecer a partir de las 20 semanas de gestación. Es una enfermedad autoinmune y progresiva; como una manifestación de rechazo hacia el embarazo que hace el propio cuerpo y, por tanto, la única forma de curar la preeclampsia es dar a luz al bebé, bien sea por parto vaginal o por cesárea. Es, por tanto, un trastorno del sistema inmunológico de la madre hacia las proteínas fetales, que recordemos son 50% de la madre, pero también 50% del padre.
Se manifiesta en la madre con alteraciones en todos los órganos y en el bebé, con 'insuficiencia placentaria' (bebé pequeño).
Puede padecerse preeclampsia leve y preeclampsia severa y es importante hacer esta distinción. Es necesario remarcar que tan solo ha de sacarse al bebé si la preeclampsia es grave; Si es leve, aunque requiere hospitalización inicial para descartar posibles preeclampsias de rápida evolución, la mujer puede hacer vida normal fuera del hospital siguiendo un estrecho control médico (tensión arterial, síntomas, analíticas y orina) y observación del estado del bebé mediante ecografía doppler.

La ecografía Doppler es una ecografía a color que permite observar el movimiento de la sangre a través de venas y arterias y al mismo tiempo medir este flujo.

Permite por tanto evaluar y medir el caudal circulatorio del cordón umbilical, la circulación uterina, así como el flujo sanguíneo de las válvulas y las cavidades del corazón del feto, para comprobar si éste está funcionando correctamente y si el flujo sanguíneo que llega al feto es correcto. En obstetricia, la eco Doppler se utiliza en general para valorar el bienestar fetal en sospecha clínica de; insuficiencia placentaria, hipoxia fetal, sufrimiento fetal, enfermedad hipertensiva del embarazo, malformaciones congénitas, circular de cordón y otros.

En caso de preeclampsia grave, en general es preferible una inducción comenzando con prostaglandinas vaginales y continuando con oxitocina intravenosa porque si el bebé nace por vía vaginal, los síntomas de la preclampsia en la mujer suelen tardar pocas horas en desaparecer, mientras que cuando el bebé nace por cesárea, es habitual que los síntomas persistan varios días e, incluso, semanas. Esto puede deberse a que al abrir a la madre para realizarle la cesárea, parte de las proteínas del bebé que contiene la placenta o el líquido amniótico permanecen en la cavidad abdominal de la madre, por lo que el rechazo inmunológico de la madre a las proteínas fetales permanece.

Sin embargo, si ese parto pudiera ser muy precoz (prematuro: antes de las 34 semanas), la enfermedad se puede manejar con reposo en cama, control exhaustivo y realizar el parto tan pronto como el bebé tenga buenas probabilidades de sobrevivir fuera del útero. El tratamiento durante las semanas 24 a 34 abarca la aplicación de inyecciones de esteroides a la madre para ayudar a acelerar el desarrollo de los órganos fetales, incluyendo los pulmones.

Muy raramente vuelve a ocurrir en un segundo embarazo o después del parto.
  • Las causas exactas de la preeclampsia no se conocen, pero tiende a darse en mujeres con un historial médico determinado:
Es más frecuente en mujeres primíparas (85% de los casos) y en embarazos múltiples, en mujeres mayores de 35 años, con hipertesión o con un historial familiar de hipertensión en los embarazos, diabetes anterior al embarazo, enfermedades autoinmunes, trombofilia, insuficiencia renal u obesidad  y en mujeres de raza negra.

Se detecta su presencia por tensión alta, niveles altos de proteína en la orina (albúmina), edema (hinchazón) en extremidades y cara y reflejos en las rodillas aumentados. Se diagnostica la preeclampsia cuando en una mujer embarazada aparece repentinamente una elevación de la presión arterial  -en dos lecturas separadas tomadas al menos 6 horas aparte de 140/90 mmHg o más-  y un nivel de proteína en la orina de 300 mg o más.

Michel Odent, por el posible efecto nocebo de los cuidados prenatales en la embarazada, defiende realizar de forma rutinaria el test de proteína en orina (que se mide con una tira reactiva) y tan sólo controlar la presión en el caso de que el test reactivo de positivo.




  • La PRESION ARTERIAL mide la presión a la que el corazón bombea la sangre a través del cuerpo. La lectura está compuesta por dos números: el mas alto es la presión sistólica (cuando el corazón se contrae, bombea y late) y se mide cuando la banda del brazo está apretada. Al descender la presión, se toma la presión diastólica, que es la presión existente en el descanso, entre latidos. Estadísticamente, la lectura media en el embarazo es de 120 sobre 70, aunque difiere con la edad y otros factores.
    No obstante, hay profesionales que no presentan el aumento de la tensión sanguínea como una mala noticia. Estos profesionales, han entendido la diferencia fundamental entre la hipertensión gestacional ("el embarazo induce una cierta hipertensión"), que es una respuesta fisiológica, y la enfermedad llamada pre-eclampsia. Un estudio demostró claramente que, comparadas con el conjunto de la población y con las mujeres con pre-eclampsia, los mejores resultados estaban en el grupo de las mujeres con hipertensión gestacional.  "El posible efecto nocebo en el cuidado prenatal", por M. Odent.
-Preeclampsia leve: tensión arterial (TA) 140/90 - 160/110 mmHg + proteinuria menor de 5g/24h. Las mediciones han de realizarse como mínimo en dos ocasiones, con un intervalo de 6 horas y en reposo.

-Preeclampsia grave: TA mayor o igual a 160/110 + proteinuria mayor o igual a 5g/24h. Sólo está indicado bajar la tensión con medicación cuando ésta supera 160/110; si está por debajo de esa cifra, podría alterar el flujo sanguíneo a la placenta.
  • La ALBÚMINA es la proteína más abundante del plasma, la principal proteína de la sangre y  la produce el hígado. Su principal función es la de encargarse de la presión oncótica (la correcta distribución de los líquidos corporales). Su presencia elevada  en la orina indica que los riñones no funcionan del todo bien y tiene una relación directa con posibles complicaciones cardíacas. En condiciones normales (no embarazada), la excreción de albúmina en la orina no sobrepasa los 30 mg/24 horas. Se considera proteinuria cuando la cantidad de proteínas en la orina es mayor a 0.3 gramos en 24h.

  • El EDEMA es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación de agua u otras substancias en el organismo. Si se aprieta la zona con el dedo, ésta se queda blanca y hundida por un tiempo hasta que vuelve a su estado anterior. Ganar más de 1 Kg en una semana o de forma súbita en un periodo de 1 a 2 días, predominando la hinchazón en cara y manos, puede ser un indicativo.

Es importante tener en cuenta que en el embarazo, y debido a los cambios hormonales que afectan al intercambio de líquidos, es normal que aparezca edema al final de la gestación y por tanto una cantidad más elevada de albúmina en la orina de la que se considera normal en una persona adulta sana que no esté embarazada. También es normal que aumente la presión sanguínea, dado que aumentamos en unos 1500 ml la cantidad de sangre que el corazón ha de bombear por nuestro cuerpo y hacia nuestro útero. Por tanto, y dado que la sangre está más diluída, es normal que aparentemente casi todas las embarazadas parezca que tenemos anemia, cuando no es así... sencillamente estamos embarazadas. (Ver "El posible efecto nocebo en el cuidado prenatal".)

  • Otros síntomas de preeclampsia:
Dolores de cabeza, dolor abdominal, agitación, dismunición de la diuresis (hacer pipí), náuseas y vómitos, cambios en la visión.

Las complicaciones principales de la preeclampsia son que puede afectar a las funciones renales y hepáticas (daño en riñones e hígado), la coagulación de la sangre, la presión sanguínea (daño coronario) y hemorragias cerebrales.
  • Muy raramente la preeclampsia se transforma en eclampsia o síndrome HELLP, una de las enfermedades más peligrosas del embarazo.  Si la preeclampsia severa se manifiesta mediante convulsiones, se llama ECLAMPSIA; si se manifiesta mediante alteraciones del hígado o de la sangre, se llama SINDROME HELLP.
La ECLAMPSIA (1 de cada 2000 embarazos aprox.) es potencialmente peligrosa para la vida de la madre y el bebé porque los vasos sanguíneos del útero experimentan un espasmo, (vasoespasmo) con lo que cortan el flujo de sangre al feto, lo que produce una hipoxia en los tejidos (poco oxígeno hacia el bebé). El vasoespasmo conduce a una insuficiencia renal, y tambien se disminuye el oxígeno en el cerebro y se pueden producir hemorragias en tejidos como el hígado. Puede llegar a causar coma y convulsiones a la madre, pudiendo intervenir en el funcionamiento de la placenta e impedirle transportar con eficacia los nutrientes y oxígeno que necesita el bebé. La eclampsia va precedida casi siempre de una preeclampsia y puede evitarse dando a luz.

El síndrome HELLP es un tipo severo de preeclampsia y se presenta en aproximadamente el 10% de las mujeres embarazadas que tienen preeclampsia o eclampsia y usualmente surge como una complicación asociada a alguna de estas dos condiciones médicas. No obstante, el síndrome de HELLP también puede desarrollarse aunque la mujer en cuestión no padezca preeclampsia ni eclampsia. El término HELLP es un anagrama, que quiere decir  H: Hemólisis (la ruptura y diseminación de las células de los glóbulos rojos en el organismo) ; EL: Enzimas hepáticas elevadas; LP: Bajo conteo de plaquetas(lo cual contribuye a una deficiente coagulación sanguínea).  El síndrome de HELLP usualmente se desarrolla durante el tercer trimestre del embarazo, aunque puede llegar a desarrollarse mucho antes.  Muchas mujeres presentan presión arterial alta y se les diagnostica preeclampsia antes de que desarrollen el síndrome HELLP. Sin embargo, en algunos casos, los síntomas de HELLP son la primera advertencia de preeclampsia y la afección se diagnostica erróneamente como hepatitis, trastornos de la vesícula biliar, púrpura trombocitopénica idiopática o púrpura trombocitopénica trombótica.

Sus síntomas son dolor de cabeza muy severos, náuseas y vómitos que siguen empeorando, dolor abdominal alto, dolor en la parte superior izquierda del abdomen (justo debajo de las costillas), problemas de visión.

Entre sus complicaciones se incluyen:  convulsiones o ataques de apoplejía (derrame/ataque cerebral), como consecuencia de la restricción del flujo sanguíneo hacia los diferentes órganos, causada por la hipertensión arterial. Anemia, causada por la ruptura y diseminación de los glóbulos rojos. Problemas de coagulación, entre los que se incluyen: Coagulación Intravascular Diseminada (CID), la cual puede llegar a provocar hemorragias internas. Desprendimiento abrupto de la placenta. Dificultad para respirar, causada por la acumulación de líquido en los pulmones. Daño hepático o falla hepática. Daño renal o falla renal. Apoplejía o derrame cerebral.

Las secuelas en el bebé: Si tuviera más de 37 semanas de gestación, es muy probable que no sufra ninguna clase de complicación física causada por este síndrome. Los bebés más pequeños pueden tener que lidiar con efectos relacionados con este síndrome en el largo plazo, tales como: retardo en el crecimiento o complicaciones asociadas con el nacimiento prematuro.

El tratamiento principal es inducir el parto lo más pronto posible, incluso si el bebé es prematuro, debido a que la función hepática en la madre se deteriora con mucha rapidez. Los problemas con el hígado pueden ser dañinos tanto para la madre como para el bebé.

  • ¿Qué ocurre después de la preeclampsia?
¿Podría suceder otra vez?

Después de un primer embarazo complicado por la preeclampsia, su riesgo de recurrencia es de uno entre 20 aproximadamente. Esto es una media y el riesgo individual de recurrencia puede ser superior para quienes desarrollaron la preeclampsia relativamente pronto en el embarazo anterior e inferior para quienes la desarrollaron al final o en una fecha próxima al mismo. Sin embargo, si se produce una preeclampsia grave en un segundo embarazo, el riesgo de recurrencia en un tercer embarazo será muy elevado, aunque algunas mujeres tienen, no obstante, embarazos relativamente normales.

¿Quién la padecerá otra vez?

Es imposible predecir quién padecerá y quién no padecerá preeclampsia de nuevo. Ciertos problemas de salud a largo plazo aumentan el riesgo de preeclampsia, incluyendo la presión arterial alta crónica, las nefropatías y la diabetes. El riesgo también aumenta en presencia de otros factores de predisposición, tales como una edad avanzada, un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, los embarazos múltiples y un intervalo superior a 10 años desde que nació el último hijo. Tendrá más probabilidades de padecer preeclampsia de nuevo si apareció antes de transcurridas 37 semanas en su primer embarazo, si su preeclampsia fue grave o si su bebé nació bajo de peso. Si la padece otra vez, es probable que aparezca aproximadamente en el mismo momento que en su último embarazo o un poco después.

¿Se puede reducir el riesgo?

No hay medidas de autoayuda que funcionen de forma garantizada. Una buena dieta equilibrada es importante para el éxito de cualquier embarazo, pero no se puede recomendar una dieta específica para prevenir la preeclampsia, salvo en casos de hipertensión previa al embarazo. Algunos médicos recomiendan tomar pequeñas dosis de aspirina o suplementos de calcio, magnesio o selenio, asi como hacer ejercicio o reposo a las mujeres con antecedentes de aparición temprana de esta condición (es decir, antes de las 32 semanas), pero no existe evidencia científica que demuestre su eficacia y tampoco es un tratamiento de autoayuda, que deberá emplearse únicamente bajo la estricta supervisión de un médico del hospital.
Se habla también de la disminución del riesgo de padecer una preeclampsia administrado ácido fólico durante toda la gestación, que además de evitar malformaciones embrionarias como la espina bífida en el primer trimestre de gestación, parece ser capaz de disminuir la concentración de homocisteína en sangre, que es una de las “toxinas” que aumenta, aunque no dispongo de datos que lo confirmen. (De ser así, editaré este post para añadirlos).  Existen datos científicos que apuntan a que haber recibido una transfusión sanguínea del padre disminuye el riesgo de padecer preeclampsia, y que la exposición repetida al semen de la pareja establece la tolerancia inmunológica necesaria para un embarazo sano con éxito:
Las teorías actuales apuntan a que la preclampsia es un trastorno inmunológico. El bebé tiene proteínas procedentes genéticamente de su madre y otras procedentes genéticamente de su padre. En el embarazo de una mujer sana, el sistema inmunológico debe hacer un esfuerzo considerable para no crear reacciones de rechazo (como las reacciones que se producen en los transplantes) a las proteínas del bebé que no están en la madre (es decir, las que genéticamente proceden sólo del padre). Según estas teorías, la preclampsia no es otra cosa sino un fallo en este amoldamiento que en los embarazos normales hace el sistema inmunológico. Hay múltiples datos científicos que apoyan estas teorías, por ejemplo:

  • Se sabe que la preclampsia es típica de mujeres que llevan poco tiempo con su pareja.
  • Se sabe que la preclampsia es típica de primeros embarazos.
  • Se sabe que el efecto protector de haber tenido embarazos previos se pierde cuando el nuevo embarazo es de una nueva pareja.
  • Se sabe que las mujeres que han recibido transfusiones de sangre procedentes de su pareja, tienen menor probabilidad de preclampsia en sus embarazos.
  • Se sabe que las mujeres que van a recibir un transplante de sus maridos, tienen mejor tolerancia al mismo si antes han realizado exposición oral a HLA del semen de su marido.
  • Se sabe que el fluido seminal contiene gran cantidad de factores reguladores del sistema inmune.
  • Algunos estudios han comprobado que el hecho de haber tenido relaciones sexuales con exposición (vaginal u oral) al semen de su pareja durante tiempo antes del embarazo, constituye un factor protector de preclampsia.
Dr. Emilio Santos Leal

RESUMIENDO...
  • Tener la tensión alta, algo de albúmina o edema no quiere decir que tengamos preeclampsia: es necesario realizar analítica de sangre y eco Doppler, entre otras, para poder diagnosticarla.
  • Una preeclampsia leve no requiere hospitalización permanente, unicamente control médico.
  • Si es necesario forzar el nacimiento del bebé, es mejor realizar una inducción para parto vaginal que realizar una cesárea.
  • La preeclampsia raras veces puede transformarse en aspectos graves de la propia enfermedad: eclampsia y sindrome HELLP.
  • Haber padecido preeclampsia en un primer embarazo no significa que se vaya a padecer en siguientes.
  • El único metodo con evidencia científica que previene la preeclampsia es el contacto con el semen del padre del bebé.

  • Fuentes:
Wikipedia, "Concepción, embarazo y parto" de Miriam Stoppard, Action on Pre-eclampsia, "El posible efecto nocebo en el cuidado prenatal", por M. Odent. , Medline Plus, Pregnancy Info.net, Emilio Santos Leal,
Protocol de seguiment de l´embaraç a Catalunya.

  • Más info:
HIPERTENSIÓN EN EL EMBARAZO, Artículo del Dr. Emilio Santos Leal.
Hipertensión y Preeclampsia, Eclampsia y Síndrome HELLP, El Parto es Nuestro.


 
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miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Estoy de parto?


"¡No te asustes! Si tu bebé llega rápidamente el parto será normal y sencillo casi con total seguridad" 
Gill Thorn en 'Elige cómo deseas dar a luz'

    • ¿QUÉ DESENCADENA EL PARTO?
    Son determinados cambios hormonales y endocrinos que surgen de una parte del sistema nervioso central del feto y de la madre, denominada hipotálamo, los que desencadenan el parto (en contra de algunas hipótesis según las cuales el parto se originaba a partir de cambios en la placenta, en las membranas y en el líquido amniótico). También las situaciones de estrés o las lesiones cerebrales de otras zonas del sistema nervioso pueden provocarlo. Recientemente, una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Rhode Island, sugiere que la duración de la gestación humana está limitada principalmente por el metabolismo de la madre, y no por el tamaño del canal del parto.

    El útero también puede desempeñar un papel en este proceso, ya que es capaz de enviar señales al cerebro, además de ser receptor de las mismas. Así por ejemplo en los embarazos gemelares el volumen del útero estimula las contracciones. El útero envía señales al cerebro para poner en marcha los cambios hormonales necesarios para desencadenar el parto.
    contraccion
    Algunos expertos opinan que podrían existir también factores psíquicos que participan en el inicio del parto. Así, se dice que se produce una sintonía cerebral entre la embarazada y el feto, de modo que cuando el feto ya no se encontrara a gusto en el útero enviaría señales endocrinas a la placenta y a la madre. Ésta las recogería y pondría en marcha de forma inconsciente la segregación de hormonas como la oxitocina que provocan la aparición de contracciones y que dan lugar al parto.
    • LAS CONTRACCIONES DE BRAXTON HICKS
    Alrededor de la vigésima semana de gestación, incluso antes, el útero se contrae y se endurece por momentos preparándose para el parto. Como todo músculo, el útero debe tener cierto entrenamiento para soportar el trabajo de parto. Estas contracciones se caracterizan porque abarcan todo el útero, comenzando en la parte superior y extendiéndose gradualmente hacia abajo: son las contracciones de Braxton Hicks.

    Aunque indoloras, son algo incómodas; sentirás que tu abdomen se endurece y una cierta tensión abdominal cuando aparecen. Las contracciones de Braxton Hicks suelen durar aproximadamente 30 segundos.

    A medida que el embarazo avanza, estas contracciones se van tornando más frecuentes y duraderas, incluso dolorosas. Serás capaz, sin duda, de diferenciarlas de las contracciones de parto, pues son muy diferentes. Las contracciones de parto son muy regulares, suceden cada 2 o 3 minutos y llegan a durar 90 o 120 segundos cada una, sin contar que no pasan desapercibidas porque la mayoría de las veces son dolorosas.

    ¿Cómo aminorar los síntomas de las contracciones de Braxton Hicks? Las recomendaciones son muy sencillas. Si sientes que tu abdomen se tensa, descansa y relájate. Acuéstate de lado y controla las contracciones durante una hora, cambiando de posición. Resulta muy útil también levantarse y dar un paseo.
    • LOS PRÓDROMOS DE PARTO
    El parto, por norma general, NO comienza con la primera contracción dolorosa. 'El trabajo de parto' se considera iniciado cuando se han superado los 3 centímetros de dilatación, el cuello del útero está borrado al menos en un 50% y tenemos contracciones fuertes y regulares (3 cada 10 minutos) Hasta entonces, estamos en pródromos de parto, pero NO DE PARTO.

    Los pródromos de parto pueden durar incluso dos semanas. Es útil conocer este dato para no acudir como una bala al hospital con la primera contracción, y es que las prisas que se suelen ver en todas partes con la primera contracción son infundadas. No necesitamos ir para que nos digan que estamos de parto, porque cuando lo estemos, sin duda alguna, lo sabremos. No esnecesario hacer la dilatación en el hospital... solo conseguiremos que si no vamos lo rápido que ellos quieren, pretendan 'ayudarnos' (*) y meternos prisa porque empezamos a molestar y ocupar sitio, si no nos mandan de vuelta a casa. Es más, cuando vayais al hospital, puede ser útil restarle alguna que otra hora respecto al momento en que se inició (realmente) el trabajo de parto;  todo eso que nos dejarán de margen más.
    Además, en casa estarás tranquila, podrás moverte, beber y cambiar de posición con total libertad. Podrás darte una ducha que te alivie (INMERSIONES NO si hemos roto la bolsa), dejarte hacer un masaje en las lumbares... Y cuando el cuerpo te pida irte, os vais. Pero por favor, no corrais. Teneis tiempo, tomaros el vuestro.
     
    (*): Informaos durante el embarazo sobre el protocolo de actuación que tienen en vuestro hospital en la atención al parto. Te recomiendo visitar 'Preguntas al Doctor' para tener una idea de las preguntas que puedes hacer. También te recomiendo hacer un plan de parto y, sobre todo, escoger un hospital que se adapte a aquello que estás buscando.
    • EL TAPÓN MUCOSO
    El tapón mucoso (fotos) es una sustancia especialmente espesa y de coloración marrón secretada por las glándulas existentes en el canal cervical que bloquea la entrada al útero por el cuello de éste. Sirve así de protección al feto frente a todos los gérmenes que colonizan la vagina, evitando la infección de las membranas amnióticas.

    Cuando el cuello del útero se dilata, se produce el desprendimiento total o parcial del tapón mucoso. La mujer expulsa entonces por la vagina esta sustancia espesa y viscosa de color marrón, que a veces aparece teñida de sangre. Esto suele deberse a una rotura de capilares que se produce con el borramiento o la dilatación del cuello del útero.

    La pérdida del tapón no significa que el parto sea inminente, aunque sí indica que está próximo. Puede que la mujer lo expulse hasta una o dos semanas antes del inicio del parto, o puede que lo expulse el mismo día del nacimiento. Algunas mujeres ni siquiera notan que lo han expulsado.

    No es necesario acudir a la maternidad si se produce sólo el desprendimiento del tapón. Sin embargo, si se producen pérdidas de sangre muy roja o abundante, se debe avisar al ginecólogo de inmediato y acudir al hospital para determinar la causa. Estas hemorragias pueden ser una señal de una complicación más grave.

    Si la mujer detecta el desprendimiento del tapón, conviene que evite las relaciones sexuales y los baños, ya que el útero estará más expuesto a infecciones del exterior.
    TAPON Y SACO AMNIOTICO


    Se denomina rotura prematura de membranas a la rotura de las membranas llenas de líquido que contienen al feto que se produce una hora o más antes del inicio del parto.
    La rotura de las membranas, prematura o no, comúnmente se denomina "romper aguas". El líquido que se encuentra dentro de las membranas (líquido amniótico) sale por la vagina.

    ¿Cómo reconocer si has roto aguas? La bolsa amniótica se puede romper completa o parcialmente, en el primer caso "a lo grande", creando un gran charco y sin dejar lugar a dudas, y en el segundo caso más discretamente, con una fisura que puede derramar el equivalente a una tacita de café.
    El líquido amniótico es transparente o ligeramente rosado, tiene un olor similar a la del esperma masculino y cuando se seca, se queda duro. Saber esto es útil para reconocer si realmente se ha roto la bolsa amniótica, puesto que el pipí no se endurece al secarse y tampoco huele como el esperma. Para asegurarte, puedes poner un papel en el suelo y quedarte en cuclillas un par de minutos; si has roto la bolsa, gotearás, de lo contrario no caerá más líquido.
    Cuando se rompe la bolsa, nos indica que el parto está cerca, y con toda probabilidad se desencadenará dentro de las 72h siguientes: si la mamá y el bebé están bien y no hay fiebre, no hay motivo para acelerar el proceso ni con inducciones ni con cesáreas. Los tactos innecesarios, las relaciones con penetración y los baños de inmersión una vez la bolsa se ha roto, están desaconsejados para evitar la posibilidad de infecciones.
    Es preocupante si la rotura se acompaña de un sangrado evidente, dolor abdominal constante o intenso o si el líquido es espeso o de un color verdoso: un líquido teñido suele indicar pérdida de bienestar fetal, por lo que hay que llamar de inmediato al/la ginecólogo/a o matrona para que valore la situación correctamente.

    Animación Médica de 3D sobre el Parto Vaginal (Coronamiento):

    Vídeo con contracciones de parto:

    • LA LÍNEA PÚRPURA
    La línea púrpura es una línea que asciende desde el ano hasta coxis conforme va progresando la dilatación. Puede ser útil su observación en casa para tener una idea del progreso del parto y del momento para salir hacia el hospital. Más info.
    "Si es tu primer parto, intenta no tomártelo muy en serio demasiado pronto. Haz lo que sea para distraerte de las contracciones. Duerme si puedes, las contracciones te despertarán cuando tengas que ocuparte de ellas. Puedes hacer que sea más fácil manteniéndote lo más relajada posible para que tu útero pueda funcionar con la máxima eficacia. Es el día del nacimiento de tu hijo: salga como salga, disfruta de la experiencia."

    Gill Thorn en 'Elige cómo deseas dar a luz'







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    El nacimiento de Abril (04/11/06)


    La noche del domingo 29/Oct. mamá tuvo 4 horas de contracciones, unas dolorosas y otras no, cada 15 minutos aprox. que la alarmaron un poquito, pero justo cuando se decidió a avisar a papá y se dio una ducha, desaparecieron.

    El viernes 03/Nov. se pasó todo el dia con contracciones más o menos regulares cada 10-15 minutos, además el flujo cambió a ser rosado, pero como eran contracciones muy flojitas no estaba segura de que no fuesen a desaparecer igual que las de la semana anterior, así que llamó a Inma, la comadrona que te volteó unas semanas antes y le explicó la situación. Inma nos recomendó que nos fuésemos para Acuario (Alicante) al dia siguiente por la mañana, pero a mami no le hacía mucha gracia la idea de ir para allí para tener otra falsa alarma... así que transcurrió el dia y nos fuimos a la cama. Antes dejamos las maletas y casi todo metido en el coche por si acaso. Todo estaba preparado dentro, las velas aromáticas para la dilatación, la música relajante seleccionada en un cd y hasta había comprado una pequeña radio para la ocasión...

    A las 6 de la mañana un dolor despertó a mamá. Se dio la vuelta y siguió durmiendo. A las 06:12 se repitió. De nuevo a las 06:22, 06:32, 06:42... Mami se levantó de la cama, aquellas si eran contracciones de verdad aunque se podian llevar perfectamente. Ya no tenia dudas, venías en camino, mi princesa. A las 7 desperté a papi y le dije que se levantase. Desayunamos tranquilamente, recogimos el piso, puse una lavadora y la tendí, despertamos a la yaya, llamé a la clínica para decirles que íbamos para alli y a las 11 por fin salimos hacia Acuario, Alicante. Llovió todo el camino, la autopista es malísima. Las contracciones eran regulares cada 10 minutos, intensas y cada vez que me venía una a papi le afectaba en el pie, que le pesaba más y pisaba el acelerador, pero fue un viaje tranquilo.

     Imagen de archivo: https://www.facebook.com/hospitalacuario


    Llegamos a Acuario a las 14h, nos hicieron un tacto y nos dijeron que el cuello del útero estaba a 0.5/1cm y que pasaban 2 dedos justos... osea, no habíamos hecho prácticamente nada desde que Inma te volteó y nos hizo un tacto con el mismo resultado! Mientras decidíamos si ingresábamos o nos ibamos al apartamento, nos dispusimos a irnos a comer... pero justo al salir de Acuario una fuerte contracción hizo en mi interior: "FLOP, CLOCK!" y rompí aguas, eran las 14:30h. Ingresábamos. Aun así tenía hambre y quería comer... pero cuando bajamos de nuevo a la calle después de subir las cosas a la habitación mami vio que aquellas contracciones habían cambiado de intesidad y papi le dijo que mejor se quedase en la habitación que ya iba el a buscar la comida. Tardó media hora. Cuando llegó a la habitación mamá estaba completamente ida, drogada por las endorfinas, aunque yo no creía entonces que fuesen las endorfinas, ¡era muy pronto para que ya estuviesen actuando!...más bien pensaba que como no había comido, aquella sensación de "ida" era que estaba muy floja y me mareaba un poco... qué cosas.

    Recuerdo que en alguna de las contracciones pensé que no iba a ser capaz de soportar más dolor... que quizá una epidural no era tan mala... me avergoncé de pensarlo, con lo que nos había costado llegar hasta allí... desterré la idea de mi cabeza y me dejé llevar. Las contracciones eran muy fuertes, muy intensas, yo notaba como se me iban los ojos entre una y otra mientras me mecía en la mecedora y la única manera de respirar bien era imaginar que te soplaba a ti, mi reina, para darte aire. Mucho oxígeno para mi pequeña, me aterraba que tu corazoncito sufriera. Papi y el tete comieron, y aunque al principio aun tenía apetito, de repente dejé de tenerlo, no quería nada, sólo agua. Papi me ha dicho que en este punto las contracciones eran cada 2-3 minutos, pero yo no lo recuerdo... estuvimos en la mecedora por unos 3/4 de hora aproximadamante. De repente, ya no estaba bien allí. Me senté en el suelo y metí la cabeza entre las piernas de papá, sentado en frente mío.

    Tu tete se portó como un campeón y se salió a jugar a la sala de afuera, viendo la tele y charlando tan pancho con las enfermeras.

    Aquella postura no era cómoda, me puse de rodillas y cuando en la siguente contracción me agarré con todas mis fuerzas a la silla, me di cuenta de que estaba empujando... pero solo porque me aliviaba, creía yo. Me puse encima de la cama, de pie en el suelo, pero tampoco estaba cómoda. Pasé allí un par de contracciones y de repente me fui al baño. Cuando me senté, ya había sacado todo el tapón, papi al ver todo aquello recuerdo que dijo "UUUH!", pero cómo se portó...increíble, admirable. Me quitó los pantalones, la ropa interior... no quería nada y fui consciente de que con cada contracción empujaba con todas mis fuerzas, quería hacer de vientre. Papi vino y cuando "se asomó" me dijo "cariño, esto está muy para afuera!, voy a llamar a la comadrona..." Yo le dije que no, creía que eso NO PODIA SER, que seguro que aun me quedaba un montón y no tenía ganas de que nadie me tocase... Pero me toqué yo... y aquello no era como siempre, así que le dije que la llamase.

    Cuando vino Carmen se puso nerviosa, nos dijo que cómo no la habíamos llamado antes, que aquello ya estaba, que teníamos que bajar para que me mirase... pidió una silla, ella me tapaba y se empeñaba en que yo me tapase, pero ¡me daba igual! Me era completamente indiferente que me viese medio mundo desnuda de cintura para abajo... mi pudor se había quedado en la habitación. Aquella actitud de Carmen me chocó estando en Acuario, no era normal que se pusiera nerviosa por algo así... ¡como si paría en la habitación! Pero ella iba a Acuario solo puntualmente para hacer guardias, y supongo que ahi estaba la diferencia con el personal "de la casa".

    Bajamos al paritorio, y tal y como llegué, me fui derecha al sillón para ponerme sobre el cubo de espuma, a 4 patas... Madre mía, aquella era la postura más humillante que yo creía que se podía adoptar para parir... y allí estaba yo. Carmen me hizo tumbarme para hacerme un tacto y... sorpresa! Dilatación completa, sólo quedaba aquél reborde que poco antes me habían explicado en AC qué diantre era... Eran las 16h aproximadamente. Me apetecía meterme en el agua, pero no me apetecía hablar para pedirlo. Tenía calor.

    Con cada contracción gritaba y mordía el cubo, agarrándome al respaldo del sofá-cama con todas mis fuerzas, para dejarme caer rendida cuando se paraba. Carmen me dijo que tenía que ver cómo bajaba tu cabecita cuando empujaba y quería que cambiara de posición, me tumbé. Se estaba bien, pero la contracción era durísima tumbada y después de comprobar cómo bajabas, me dijo que mejor me sentara en la silla de partos. Me senté en la silla con papi detrás, en el sofa-cama. Ya había colocado la cámara con el trípode, estuvo en todo... super atento. Me sujetaba el cuerpo desde atrás y entrelazamos nuestras manos. Qué daño le estaría haciendo cuando empujaba, cómo se las estrujaba, pensaba yo... Hubo una vez que estube a puntito de morderle la mano! Suerte que me di cuenta y me contuve... Maria, la enfermera, me refrescó la cara y me dio agua... Oh, dios, qué sed tenía! Se lo agradecía en el alma, pero no tenía ganas de hablar ni para dar las gracias...

    Seguimos empujando y sorprendentemente para mí, con cada contracción gritaba desde lo más profundo de mi alma con un gruñido que no reconocía como propio... Osea, además, era chillona... "el lote completo", recuerdo que pensé... pero ¡me daba igual! Jamás creí que reaccionaría así, la verdad... me había entregado por completo a aquel dolor y el resto del mundo me era indiferente. Alguien entró en el paritorio, papi saludó... me cogieron la mano y me la acariciaron... abrí los ojos, era Enrique. Me gustaba saber que estaba allí. Se puso a mi lado, me habló, recuerdo que con cada contracción me animaba y me decía que lo hacía bien, pero que sacase toda esa "dulce mala leche" por abajo en vez de por arriba (gritando), y me di cuenta, al hacerlo, de que aquello funcionaba... podía hacer más fuerza si no chillaba al apretar y me centraba en empujarte a ti para ayudarte a atravesarme y nacer.

    Alguien puso música... era tranquila y relajada, pero horripilante! ¿Y qué había sido de mi cd con música de Enya y una selección de mis más tranquilizadoras melodías? Pues allí, en la habitación estaba también... Escocía, quemaba cuando bajabas. Controlaban tu latido después de cada contracción, y era música celestial escuchar cómo era el caballito al galope de siempre, no padeciste ni un momento, mi campeona!Notaba una presión increíble en todas mis partes bajas sin ser capaz de diferenciar dónde. Enrique me ayudó empujándote un poquito desde arriba de mi vientre a la vez que yo te empujaba con todas mis fuerzas con una contracción... y aquello funcionaba! Le dije que lo hiciera más, pero me dijo que no era necesario, que yo podía hacerlo sola, aunque me ayudó un par de veces más.

    En uno de los pujos sollocé, no era llanto, sino sollozo... me sorprendió, nunca lo había hecho. Estaba agotada, quería que salieras, quería cogerte, queria dejar de empujar... era una mezcla de cosas, no sabía bien... Creo que no dije una palabra, pero entonces Enrique me dijo "venga, va... tranquila, deja de empujar que te hago otra cesárea..." ¡¡¡NO!!!¡CESAREA NO!!! -le dije. Mireia, empuja! -me repetí. En ese ir y venir de contracciones, los ánimos de Enrique que no me dejaba parar y me animaba a seguir empujando hasta mi límite (siempre respetándolo) en cada contracción, fueron esenciales. De repente Carmen me dijo que mirase, que ya se te veía. Yo miré para abajo, al espejo que me pusieron, con la linterna alumbraron y pensé "madre de dios! ¿pero ESO es mio???" Y entre la apertura de mi vagina se diferenciaba lo que era tu cabecita que comenzaba a asomar... Vamos, Mireia, estamos cerca... pensé.

    La luz de la linterna me hizo caer en mis velitas perfumadas... esas que estaban en la maleta, arriba en la habitación también... ¿será posible que no utilizamos ni una de las cosas que pensábamos utilizar?¡Todo iba muy rápido!.Yo creía que aquello ya sería un empujón más, y cuando después de un par o tres tu aun seguías en mi interior y yo cada vez sentía más presión, pensaba en lo que costaba sacar esa cabecita que tantas ganas tenía de ver, conseguí hablar, con las pocas ganas que tenía, para preguntarle a Enrique cuántos empujones más faltaban... y me dijo que dos mejor que uno. BUEEENOOO... un poco menos. Otra contracción... yo te notaba abajo, pero no acababas de salir, te notaba así desde hacía no se cuántas contracciones... no sabía nada, solo empujaba hasta que agotaba la contracción, sollocé que costaba mucho, que no podía... y Enrique me dijo que si me hacía una episiotomía saldrías ya y acabaríamos, pero que no me hacía falta y que si era lo que yo quería... yo imaginé ese pedazo de corte y le dije "¡cómo me vas a hacer una episiotomía a pelo!" El replicó que lo que no quería era hacerme nada... así que como no me enteraba bien, decidí olvidar esa palabreja y seguir a lo mío... Vino otra: empuja, empuja, sigue, sigue, empuja...mira, Mireia, mira aqui...y papi me dijo "cariiiño, mírale la caritaaa... qué guapa es, mírala..." pero también sentía sigue, Mireia, sigue... y de pronto: "VAMOS, MIREIA, COGELA, COGELA! YA LA TIENES AQUI!!!" Abrí los ojos, ¡me decían a mí! Me incorporé... y te agarré, calentita, mojada, resvaladiza... y te puse sobre mi pecho, te abracé... y me eché a llorar sin llorar, mientras te decía a ti que no llorarses y sentía a papá en mi espalda emocionado...


    Eran las 18h del día 04 de Noviembre de 2006, habías nacido con 39 semanas de gestación, el día que cumplíamos los 9 meses. Tu tete te vio nacer, estaba pletórico de alegría, me limpiaba y te acariciaba a tí... De repente pensé: "has parido, Mireia". Pensé: "no hay cesárea", pensé en el foro de "el parto es nuestro", pensé en las palabras de ánimo que me habían dedicado, pensé "conseguido"... y comencé a dar las gracias a Enrique, a María, a Carmen... emocionada... mientras seguía llorando sin llorar, mientras lanzaba mis últimos gemidos sin saber exactamente por qué... Como te tenía abrazada con las dos manos, le pedí a Enrique, casi ordené, que acercara su mejilla... NECESITABA darle un beso con las pocas fuerzas que me quedaban...

    Después de tumbarme en el sofá-cama contigo sobre mi pecho...





    ...de dejarme enamorar de tu preciosa carita redonda, de tus ojitos, de tu piel... de tu olor a VIDA...







    ...Enrique me examinó, a ti te cogió la enfermera para limpiarte un poquito y te pesaron, 3060 gramos. Puntuaste 10-10 en el test Apgar. Enrique me explicó que había un pequeño desgarro que cosió con 2 puntos externos y 1 interno. Te volvieron a poner sobre mi pecho, ¡cómo mamaste! ¡Con qué fuerza y qué bien! Compartimos nuestros primeros momentos familiares habiendo pasado de ser 3 a 4, sentía en mi interior un orgullo tremendo por papá, le estaba agradecida en el alma y realmente orgullosa, una vez más, de su aguante y comportamiento, habia sido tan importante para mi saber que estaba ahi en todo momento... sólo sentirlo a mi lado era suficiente. Nos llevaron a la habitación. Estaba muy cansada, feliz, emocionada... Hubo un momento en el que, mientras te sostenía en brazos y te miraba, tumbada en la cama, comencé a gimplar, como cuando has llorado mucho rato... y comenzaron a humedecerse mis ojos... no podía llorar porque tu tete estaba pletórico dando botes por alli y no quería que me viera y quitarle su puntual protagonismo... pero es que acababa de caer en la cuenta de que "ya estaba todo", ya lo habíamos conseguido, te miraba enamorada, te tenía entre mis brazos! eras mía, mi bebita, mi reina... pensaba en el gran papa que tienes, en lo bien que se había portado... pensaba en la oprtunidad que habíamos tenido, en lo duro que había sido y en lo felizmente cansada que estaba, pensaba en lo sanita que estabas y no podía dejar de enamorarme de ti...

    Papi se dio cuenta de mi apuro y pelea con las lágrimas que querían salir y yo no dejaba y me tapó para que en silencio pudiera dejarlas correr, me abrazó y me besó tiernamente, emocionado también. Envié unos cuantos sms dando la gran noticia con una fotito tuya. Después de permanecer piel con piel en la habitación durante una hora aproximadamente, te vestimos y me dispuse a dormir, aunque mi pequeña glotona no estaba por la misma labor que mami y solo abrías la boquita para comer, buscando desesperada...

    Nos trajeron la cena, le dijeron a mami que tenía que hacer pis y probamos y probamos hasta que lo conseguimos... pero escoció un poquito. Dormitamos juntas a ratitos toda la noche, y al dia siguiente... ¡Oooh! todos mis gritos y apretujones a todo lo que me agarraba pasaron factura... dios, me dolía el cuerpo entero, qué agujetas!!! Pero me dieron unas bolitas homeopáticas y fueron geniales. Enrique nos vino a visitar un par de veces, charlamos de varias cosas, te cogió en brazos... Maria y Carmen tambien vinieron a vernos, y tanto ellas como el resto de enfermeras fueron geniales... todo el mundo es tan amable allí! Hicimos de vientre y comprobaron que los puntos estaban bien, el útero volvía a su sitio con los dichosos entuertos, la vagina de mamá se iba deshinchando, a cada hora podía caminar mejor y moverme más ágilmente... todo marchaba bien!



    El lunes por la mañana decidimos venirnos para casa, aunque allí estábamos bien y nos cuidaban genial, el tete estaba muy muy nervioso, echábamos de menos nuestras camitas y teníamos ganas de estar enc asa... Así que nos esperamos a que te visitase el pediatra, te midió Agatha, 48cm y te pesaron de nuevo, 2930 Grs, habías perdido 130 gramos, con 3 cacotas incluidas y estabas genial... Volvieron a mirar a mamá, y comimos allí.





    Después de que nos diesen el visto bueno, y de 4 horitas en coche llegamos a casa... cómo lo mirabas todo con esos ojitos tan lindos que tienes... aunque duró poco, en cuento te dí de mamar volviste a caer dulcemente en tu sueño de bebé...



    Tu tete estaba loco de contento. Ordenamos un poquito y nos fuimos a dormir. Hoy martes, he notado cómo comienza a subirme la leche... ¡tengo suficiente para tí!!! Qué contenta estoy, aunque duela un poco cuando succionas, pero cada vez se soporta mejor. Eres preciosa, mi vida, todos estamos locos de contentos de que seas parte de nuestra pequeña gran familia... BIENVENIDA AL MUNDO, MI PEQUEÑA ABRIL. Nos has hecho tener la experiencia más emotiva, intensa, salvaje y maravillosa de nuestras vidas. Gracias.

    Gracias a Azucena, miembro de la asociación www.elpartoesnuestro.es, que montó maravillosamente el vídeo de nuestro parto y a la propia Asociación, que lo colgó en su web y posteriormente lo ha subido a Youtube, os dejo aquí el vídeo de nuestro parto (*)




    (*)¡LEER ANTES DE VER EL VIDEO! Aunque mucha gente me ha dicho que es un vídeo precioso, advierto que es un parto salvaje, animal, sin epidural ni nadie que me mande callar, donde se palpa perfectamente mi dolor. Comienza con mi santo pandero con 20 Kgs de más en primer plano! jajaja... y rujo como jamás en mi vida lo había hecho. Tiene un final precioso, pero además del momento mas emocionante, emotivo y maravilloso de mi vida, fue el mas duro y salvaje. Yo no tengo dudas, no lo cambiaría por nada en el mundo y si vuelvo a tener la oportunidad, repetiré la experiencia sin duda. Si te decides a verlo, que lo disfrutes!

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    Nota: La clínica Acuario cerró sus puertas en 2012 debido a la crisis. Aquí puedes encontrar información sobre Enrique Lebrero.


     
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