La Haptonomía, Ciencia de la Afectividad, estudia y describe los aspectos de la vida íntima, de los sentimientos, del reencuentro psicotáctil, de las interacciones y de las relaciones afectivas humanas.
La palabra Haptonomía procede del griego hapsis que significa el sentimiento, el tacto, el contacto táctil. El término hapsis ya fue utilizado por el filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) en el sentido de curar, sanar, restablecer la integridad. "Hapto" es una raíz griega que significa: yo entro en contacto táctil, yo reúno, yo establezco una relación, yo (me)uno a; yo establezco (de forma táctil) una relación, un contacto, para devolver la salud, para curar, restituir la integridad, para confirmar al otro en su existencia.
El empleo de la haptonomía, ciencia que estudia las relaciones afectivas humanas, puede ayudar a las mujeres a tener un parto menos doloroso y complicado y reforzar los vínculos familiares. El Hospital del Valle de Hebrón, de Barcelona, ha acogido la primera jornada sobre estas técnicas, aplicables a lo largo de toda la vida.
El uso terapéutico del tacto, o haptonomía, puede ayudar a las mujeres a alumbrar con menos dolor y sufrir menos complicaciones durante el parto.
Los recién nacidos también pueden desarrollarse más precozmente mediante a aplicación de esta ciencia, según Anxo Martínez de la Riva, ginecólogo y director del Programa de Salud Materno-Fetal del Hospital Maternoinfantil del Valle de Hebrón, de Barcelona
La Haptonomía nos abre a una forma de estar en el mundo que recurre a facultades afectivas específicamente humanas. Se trata de facultades originales que regulan los contenidos y cualidades de las relaciones entre los humanos y determinan la naturaleza y la esencia de sus encuentros.
El acompañamiento haptonómico permite a la persona utilizar sus facultades afectivas. Éstas se desarrollan y tienden hacia su maduración.
Las aplicaciones de la Haptonomía conciernen la vida entera del ser humano, desde la concepción hasta la muerte, mediante acompañamientos específicos adaptados a la vida prenatal, a la infancia, al adulto así como a los ancianos, incluyendo el acompañamiento de los moribundos.
El ACOMPAÑAMIENTO PRE- Y POSTNATAL HAPTONÓMICO DE LOS PADRES Y DE SU HIJO. Consiste en un acompañamiento de la maduración de una relación afectiva y recíproca entre el padre, la madre y el niño. Favorece el desarrollo de los lazos afectivos entre el hijo y sus padres, permitiéndoles vivir una relación de ternura mientras el bebé se encuentra todavía en el útero de su madre. Favorece igualmente la acogida del recién nacido en el momento del parto y tras éste. Muy tempranamente el bebé adquiere una seguridad de base que le invita a la autonomía, a la comunicación y a la confianza.
Esta relación transforma la vivencia del embarazo y establece un contacto íntimo, gracias al cual los padres - la madre sobre todo - aprenden a acompañar activamente a su bebé guiándole hacia su entrada en el mundo durante el nacimiento.
Este contacto afectivo debe continuarse tras su venida al mundo. El desarrollo afectivo del recién nacido es, por esta relación confirmante y este acompañamiento en torno al nacimiento, favorecido de forma fundamental y determinante para llegar a ser una persona autónoma.
No debe en ningún caso ser reducido a un método de preparación al parto, aunque este acompañamiento implique una sensibilización al nacimiento. Tampoco se trata de un método de estimulación fetal o del recién nacido. Expresamente los profesionales que practican el acompañamiento haptonómico se sitúan al margen de los "estimuladores de fetos o de bebés", tan de moda hoy en día. Cualquier tipo de "estimulación" puede suponer una manipulación de los dones y facultades que cada ser humano ha recibido en su "constelación significativa".
El acompañamiento se desarrolla durante el embarazo ayudando al bienestar de la madre, del niño y del padre, favorece la vivencia del nacimiento y se continúa durante el primer año de la vida, ayudando a la expansión del niño.
Nota: Éste no es un blog médico, sino informativo. Contrasta siempre toda la información y consulta a varios especialistas.
Si te llevas este artículo, por favor, enlázame.
La investigación recién publicada por la
Sociedad Británica de Obstetricia y Ginecología (BJOG) concluye que
tener tres o más cesáreas no debería ser un impedimento para intentar un
parto vaginal. La investigación ha demostrado que las mujeres
que teniendo tres cesáreas o más intentan un parto vaginal tienen tasas
similares de éxito que las mujeres que solo tienen una cesárea
anterior, y los riesgos son los mismos que si se opta por una cesárea
programada.
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Resumiendo la 'reforma laboral' en lo que a embarazo y puerperio se refiere: -
Las faltas justificadas por riesgo del embarazo o la lactancia, así
como el permiso de maternidad, no computan. Pero no hablan sobre las
faltas por controles prenatales, por lo que entiendo que SI computan
todas las analíticas, ecografías y otras pruebas rutinarias para el
control del embarazo.
-
Las horas de lactancia quedan igual que antes, salvo que ahora no se
pueden disfrutar simultáneamente por el padre y la madre, unicamente por
uno de los progenitores si los dos trabajan. -
La reducción de jornada por guarda legal de un menor de 8 años se
mantiene, pero la concreción del horario deja de ser libre para verse
vinculada a las necesidades de la empresa, reguladas por los convenios
colectivos.
- Cuando las
vacaciones fijadas coincidan con una baja durante el embarazo, la baja
maternal o las horas de lactancia, se podrán aplazar y disfrutar hasta
después de la baja/lactancia aunque haya acabado el año natural.
.
Como
son muchas las páginas que hablan sobre cómo afecta o no la nueva
'reforma' laboral al permiso de lactancia o el embarazo, os copio aquí
los textos que hacen referencia a estos temas desde el BOE: http://estaticos.20minutos.es/adj/2012/02/11/1651.pdf
Embarazo y faltas computables:
"«d)
Por faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas pero
intermitentes, que alcancen el 20 % de las jornadas hábiles en dos meses
consecutivos, o el 25 % en cuatro meses discontinuos dentro de un
periodo de doce meses. No se computarán como faltas de asistencia, a los efectos del párrafo anterior, las ausencias
debidas a huelga legal por el tiempo de duración de la misma, el
ejercicio de actividades de representación legal de los trabajadores,
accidente de trabajo, maternidad, riesgo durante el embarazo y la lactancia, enfermedades causadas por embarazo, parto o lactancia, paternidad,
licencias y vacaciones, enfermedad o accidente no laboral cuando la
baja haya sido acordada por los servicios sanitarios oficiales y tenga
una duración de más de veinte días consecutivos, ni las motivadas por la
situación física o psicológica derivada de violencia de género,
acreditada por los servicios sociales de atención o servicios de Salud,
según proceda.»
Lactancia:
«4. En los supuestos de nacimiento de hijo, adopción o acogimiento de acuerdo con el artículo 45.1.d) de esta Ley, para la lactancia del menor hasta que éste cumpla nueve meses, los
trabajadores tendrán derecho a una hora de ausencia del trabajo, que
podrán dividir en dos fracciones. La duración del permiso se
incrementará proporcionalmente en los casos de parto, adopción o
acogimiento múltiples.
Quien ejerza este derecho, por su voluntad, podrá sustituirlo
por una reducción de su jornada en media hora con la misma finalidad o
acumularlo en jornadas completas en los términos previstos en la
negociación colectiva o en el acuerdo a que llegue con el empresario respetando, en su caso, lo establecido en aquella.
Este permiso constituye un derecho individual de los trabajadores, hombres o mujeres, pero sólo podrá ser ejercido por uno de los progenitores en caso de que ambos trabajen.»
Reducción de jornada:
2.
El primer párrafo del apartado 5 del artículo 37 del Texto Refundido de
la Ley del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por Real Decreto
Legislativo 1/1995, de 24 de marzo, queda redactado del siguiente modo:
«5. Quien por razones de guarda legal tenga a su cuidado directo algún menor de ocho años o una persona con discapacidad física, psíquica o sensorial, que no desempeñe una actividad retribuida, tendrá derecho a una reducción de la jornada de trabajo diaria, con la disminución proporcional del salario entre,
al menos, un octavo y un máximo de la mitad de la duración de
aquella.»3. El apartado 6 del artículo 37 del Texto Refundido de la Ley
del Estatuto de los Trabajadores, aprobado por Real Decreto Legislativo
1/1995, de 24 de marzo, queda redactado del siguiente modo:«6. La concreción horaria y la determinación del período de disfrute del permiso de lactancia y de la reducción de jornada, previstos en los apartados 4 y 5 de este artículo, corresponderá al trabajador, dentro de su jornada ordinaria. Los convenios colectivos podrán establecer, no obstante, criterios para la concreción horaria de la reducción de jornada, en atención a los derechos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral del trabajador y las necesidades productivas y organizativas de las empresas.
El trabajador, salvo fuerza mayor, deberá preavisar al empresario con
una antelación de quince días o la que se determine en el convenio
colectivo aplicable, precisando la fecha en que iniciará y finalizará el
permiso de lactancia o la reducción de jornada.Las discrepancias
surgidas entre empresario y trabajador sobre la concreción horaria y la
determinación de los períodos de disfrute previstos en los apartados 4 y
5 de este artículo serán resueltas por la jurisdicción social a través
del procedimiento establecido en el artículo 139 de la Ley 36/2011, de
10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social.»
Vacaciones:
«3.
El calendario de vacaciones se fijará en cada empresa. El trabajador
conocerá las fechas que le correspondan dos meses antes, al menos, del
comienzo del disfrute.
Cuando
el período de vacaciones fijado en el calendario de vacaciones de la
empresa al que se refiere el párrafo anterior coincida en el tiempo con
una incapacidad temporal derivada del embarazo, el parto o la lactancia
natural o con el período de suspensión del contrato de trabajo previsto en el artículo 48.4 y 48.bis de esta Ley, se
tendrá derecho a disfrutar las vacaciones en fecha distinta a la de la
incapacidad temporal o a la del disfrute del permiso que por aplicación
de dicho precepto le correspondiera, al finalizar el período de
suspensión, aunque haya terminado el año natural a que correspondan.
En
el supuesto de que el período de vacaciones coincida con una
incapacidad temporal por contingencias distintas a las señaladas en el
párrafo anterior que imposibilite al trabajador disfrutarlas, total o
parcialmente, durante el año natural a que corresponden, el trabajador
podrá hacerlo una vez finalice su incapacidad y siempre que no hayan
transcurrido más de dieciocho meses a partir del final del año en que se
hayan originado.»
Los niños creen en los padres. Cuando les decimos una y otra vez
que son encantadores, que son los príncipes o princesas de la casa, que
son guapos, listos, inteligentes y divertidos, se convierten en eso que
nosotros decimos que son. Por el contrario, cuando les decimos que son
tontos, mentirosos, malos, egoístas o distraídos, obviamente, responden a
los mandatos y actúan como tales. Aquello que los padres -o quienes nos
ocupamos de criar- decimos, se constituye en lo más sólido de la
identidad del niño.
Los niños no tienen más virtudes unos que otros. Ahora bien, el niño
no suficientemente mirado, mimado, apalabrado y tomado en cuenta por
sus padres, dará mayor crédito a sus discapacidades. Y sufrirá. En
cambio el niño mirado y admirado por sus padres, amado a través de los
actos cariñosos cotidianos, contará con una seguridad en sí mismo que le
permitirá erigirse sobre sus mejores virtudes y al mismo tiempo reírse
de sus dificultades.
Si nos damos cuenta que nuestros hijos sufren, si tienen la auto
estima baja, si tienen vergüenza, si se creen malos deportistas, malos
alumnos, o que no están a la altura de las circunstancias, si les cuesta
hablar, relacionarse, jugar con otros, si suponen que son lentos, o si
son víctimas de las burlas de sus compañeros; nos corresponde accionar a
favor de ellos, ya mismo. Lo peor que podríamos hacer es exigirles que
asuman solos sus problemas.
Podemos nombrar aquellas virtudes, recursos o habilidades que el
niño sí dispone como individuo. Por ejemplo, que es un niño que siempre
dice la verdad. Que nunca traicionaría a un amigo. Que es incapaz de
lastimar a otro. Que observa y comprende a los que sufren. Que es
generoso y tolerante. Decirles a los niños que son hermosos, amados,
bienvenidos, adorados, nobles, bellos, que son la luz de nuestros ojos y
la alegría de nuestro corazón; genera hijos seguros, felices y bien
dispuestos. Es posible que las palabras bonitas no aparezcan en nuestro
vocabulario, porque jamás las hemos escuchado en nuestra infancia. En
ese caso, nos toca aprenderlas. Si hacemos ese trabajo ahora, nuestros
hijos -al devenir padres- no tendrán que asumir esta lección. Porque
surgirán de sus entrañas con total naturalidad, las palabras más bellas y
las frases más gratificantes hacia sus hijos. Y esas cadenas de
palabras amorosas se perpetuarán por generaciones y generaciones, sin
que nuestros nietos y bisnietos reparen en ellas, porque harán parte de
su genuina manera de ser. Pensemos que es una inversión a futuro con
riesgo cero. De ahora en más… ¡sólo palabras de amor para nuestros
hijos! Gritemos al viento que los amamos hasta el cielo. Y más alto aún.
Y más y más.
Extracto del libro “Mujeres visibles, madres invisibles” de Laura Gutman
Nota: Éste es un blog informativo, no un blog médico, por lo que las respuestas recibidas han de ser consideradas opiniones.
La línea púrpura es una línea que asciende desde el ano hasta el coxis (rabadilla) conforme va progresando la dilatación del parto. La observación de ésta línea por comadronas experimentadas puede ser una alternativa a los tactos vaginales, puesto que dependiendo de la altura a la que se encuentre la ascensión de la línea púrpura, pueden saber de cuántos cm estamos dilatadas. Esto, además de evitar los molestos y dolorosos tactos, nos ayuda a prevenir una infección por tactos innecesarios, muy usual en mujeres de parto con membranas rotas y constantes tactos por parte del personal sanitario. También puede resultar útil observarla antes de ponerse de parto para saber en qué momento (que no sea demasiado pronto) acudir al hospital cuando éste ya haya comenzado.
La línea púrpura comienza a observarse por encima del ano cuando la mujer está entre 0 y 2cm dilatada; entre 4 y 5cm la línea puede verse a mitad de camino entre el ano y el coxis, y con 10 cm de dilatación la línea púrpura se completa.
VALORACIÓN DE LA DILATACIÓN CERVICAL SIN EXAMEN VAGINAL
Durante algún tiempo, mi ambición ha sido encontrar un método fiable para valorar el progreso del parto que, tanto como se pueda, deje a un lado la necesidad de exámenes internos. Si, lo sé, puedes valorar el progreso sin ellos, pero tiene más sentido encontrar un mecanismo formal, para el beneficio del cliente que quiere saber a cuanto está, al mismo tiempo que el sentido práctico si tienes que transferir; resulta más creible si tienes un método establecido. Hace unos años oí hablar de un estudio de investigación que ponía la hipótesis de que la línea púrpura o violeta que trepa por la rabadilla puede usarse como medida de dilatación cervical. Esta línea se inicia en el margen del ano al comienzo del parto y gradualmente trepa hacia arriba, como mercurio en un termómetro. Cuando alcanza el dorso de las nalgas, la mujer ya está completamente dilatada. Supuestamente. Lo encontré intrigante. Así que empezé a comprobar si la medida digital (es decir, por dedos) correspondía. Ha resultado ser extrañamente preciso. La línea empieza a aparecer justo por encima del margen anal a entre 0 y 2 cm de dilatación cervical. No parece aumentar en estricta proporción; hay un espacio más largo entre los 4 y 7 cm de dilatación que los restantes anteriores y posteriores. El "dorso de las nalgas" (nape of the buttock) es el punto justo por debajo de la articulacion sacrococcigea (rabadilla), donde el cóccix empieza a curvarse hacia adentro en la mayoría de personas Una mujer de la que cuidé recientemente daba signos de estar en finales de primera fase (primípara con bebé en orientación posterior) Las contracciones venían intensas y rápidas, ella gruñía visiblemente bajo los efectos de las endorfinas y tres horas antes estaba a 4 cm . Recomponiendo en mi mente la posición del baby, sin embargo, me hacía sospechar. No quise hacer ningún otro tacto vaginal aunque ella quería saber a cuánto estaba. Así que le pedí que se cambiara de posición (estaba a horcajadas en una silla), a ponerse a cuatro patas. Cuando miré, la línea indicó que su cervix estaba por lo menos a 6 cm de dilatación. Se lo expliqué y ella decidió seguir en aquella postura. Para mi sorpresa, mientras miraba, la linea trepó hacia arriba. Al mismo tiempo, ella dejó de gruñir con las contracciones y me dijo que la terrible presión de su trasero se habia pasado. Media hora más tarde la línea sugirió que estaba a 8cm. Una hora más tarde, la línea alcanzo el final de la rabadilla y ella comenzó a empujar. En este caso, parece que observar la línea me dijo mucho más que simplemente una aproximación de la dilatación cervical; pude contar que el bebé se habia girado y el avance de la dilatación alterado. Una lectura precisa podría resultar clave en esta práctica. A veces noto que yo misma ansío ver la línea progresar más rápido de lo que lo hace. Cuando hago esto, y luego compruebo con un tacto vaginal, sólo para encontrar que la línea era correcta, me enfado conmigo misma y deseo haberme fiado de mis observaciones. Como "clínica", debería haber renunciado a esperanzar cuando las mujeres estan agotadas y desesperadas, y concentrarme en darles fuerza y perseverancia, pero solo soy humana. No estoy preparada para abandonar mi aprendizaje, y la muestra es pequeña. Aun así, parece que una vez que se aceptan variables por diversidad anatómica (como terribles hemorroides, que hacen difícil la valoración al principio) la hipótesis rápidamente se convierte en una realidad demostrable. Me tengo que contener la tentación de hacer marcas con un bolígrafo (a veces sirven objetos para tomar la medida) y mirar contínuamente el culo de una pobre mujer podria inhibir el efecto en mis sentidos. A veces hay que ser mas intrusiva en mujeres con grandes traseros para poder observar dicha linea. Como trabajo en un área con poca diversidad étnica, sólo he podido observar este fenómeno en mujeres blancas. Me encantaría oír de las matronas trabajando con negras, asiáticas o chinas, que esten interesadas en explorar las posibilidades de esta nueva práctica. Por cierto, cuál es el color de la linea en mujeres de piel negra? Ahora puedo prever el momento en que me sentiré con confianza suficiente para usar esto como mi mecanismo formal y abandonar los exámenes vaginales superfluos e intrusivos.
Lesley Hobbes, RM RMN BA(Hons)
Traducido por Mireia Marcos. Colaboración Elena Gómez.
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A
estas alturas, casi todos conocemos la importancia del contacto piel
con piel inmediato al nacimiento y sabemos que el MMC (método madre
canguro) es más eficaz que las incubadoras, estabilizando mejor la
temperatura, el ritmo cardíaco y la respiración del bebé, además de
acelerar el aumento de peso y la recuperación. A continuación podeis
ampliar la info:
Pero
¿qué ocurre cuando ingresamos en el hospital a un bebe o niño que no
acaba de nacer? ¿Cuando ya tiene meses, o años? ¿Entonces nuestro hij@
ya puede quedarse solo? ¿Entonces ya no nos necesita y nos rendimos a
los ceñidos horarios que nos marca una UCI o el protocolo del hospital?
¿Entonces salimos sin rechistar cuando le tienen que hacer una simple
analítica, para escuchar sus gritos desde fuera en lugar de abrazarlo
mientras se lo hacen? ¿Por qué?
Según la
Constitución Española, en su Artículo 39, “los niños gozarán de la
protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus
derechos”. Y segun el acuerdo internacional del 13 de mayo de 1986, en su “Carta Europea de Derechos del Niño Hospitalizado”, el niño tiene: “Derecho a estar acompañado de sus padres o de la persona que los sustituya el máximo de tiempo posible durante su permanencia en el hospital, no como espectadores pasivos sino como elementos activos de la vida hospitalaria, sin que eso comporte costes adicionales; el ejercicio de este derecho no debe perjudicar en modo alguno ni obstaculizar la aplicación de los tratamientos a los que hay que someter al niño.”
Así mismo, tiene derecho a “rechazar cualquier cuidado o examen cuyo propósito primordial sea educativo o informativo y no terapéutico” (véase hospitales universitarios haciendo prácticas).
Y también tienen “Derecho a no recibir tratamientos médicos inútiles y a no soportar sufrimientos físicos y morales que puedan evitarse” así como “Derecho a ser tratado con tacto, educación y comprensión y a que se respete su intimidad”, entre otros.
Visto
esto y sabiendo lo necesario que es el apoyo emocional, físico y
afectivo cuando nos encontramos en un estado de vulnerabilidad (como es
el ingreso en un hospital), ¿por qué cedemos ante un ingreso y nos
marchamos a casa con el corazón encogido cuando nos dicen que NO PODEMOS
permanecer con nuestro bebe/hijo? ¿Por qué no luchamos, por qué no
defendemos su derecho a estar acompañado y a minimizar su estrés y
malestar? ¿Por qué dejamos que se imponga un protocolo absurdo tecleado
sobre un papel por encima de las necesidades de nuestro hijo, dejándolo
lo que a todos los criterios, el percibirá como "desamparado"? Pensemos: ¿Quién dice que “no podemos”? Y lo más importante, ¿POR QUÉ no podemos, si somos sus padres?
¿Porque tenemos virus?:
Más tienen ellos enganchados en la bata del entorno hospitalario… Pero
en cualquier caso, ¿no lo podemos solucionar con una batita verde (y
gorro, peúcos y guantes si les gusta más) de usar y tirar?
¿Porque molestamos?: ¿De
verdad molestamos en una esquinita sosteniendo la mano a nuestro hijo, o
besándolo mientras se muere de miedo porque unos señores gigantes
vestidos de blanco que no conoce de nada quieren pincharle en el brazo?
¿No sería equivalente a unos señores vestidos de negro que nos meten a
la fuerza en un coche y nos apuntan con algo que nos da miedo, como una
pistola? ¿Y no nos iría bien un abrazo caluroso que nos dijese
“tranquil@, cielo, mamá está aquí y no va a pasarte nada”.?
¿Porque interferimos en su tratamiento?:
Que yo sepa, un catéter/máscara/o lo que sea, se puede poner en la mano
con la misma efectividad si el bb esta solo en una cuna o si por el
contrario, lo sostiene su mamá en brazos (que además puede ayudar a que
no se lo saque).
¿Porque el niño se pone más nervioso en nuestra presencia?
¿En serio me quiere hacer usted creer que yo, que soy su madre, le
pongo mas nervioso que usted, que no la conoce de nada?. No, de nervios
los mismos... sin nosotras además, miedo, terror y soledad. La unica
diferencia es que si no estamos allí, no lo vemos. Si le hacen daño, no
lo vemos. Si le tapan la boca, no lo vemos.
Pensemos,
por favor. Pongámonos en la piel de esos niños. De NUESTROS hijos.
Estamos amparados, ellos tienen derechos que no pueden ser pisados con
tanta facilidad. Hagamos que se cumplan, prioricemos sus necesidades a
los protocolos vacíos de un hospital.
¿Cómo? Es fácil: : “No,
no me voy, es mi hijo, me necesita y tiene derechos que estoy
defendiendo. No voy a interferir en su tratamiento para nada, colaboraré
con ustedes, pero si el se queda ingresado, yo me quedo a su lado”
Si
a alguien le amenazan diciendo que mientras el bebé/niño está
hospitalizado, es el hospital quien tiene su tutela, hemos de saber que
es FALSO. Que la tutela de los padres es de los padres desde el mismo
momento de nacer, y que únicamente se la puede quitar un juez que
considere que lo estamos poniendo en peligro. ¿Y desde cuándo lo ponemos
en peligro por ofrecerle apoyo emocional y velar por su salud si no
interferimos en su cuidado? Igual que al nacer, muchas (casi todas) las
pruebas se pueden y deben hacer SOBRE LA MADRE.
Antes
de acabar, quiero dejaros el caso contrario: UNA MAMÁ QUE LACTA ES
INGRESADA EN UN HOSPITAL y pide que su bebe sea ingresado con ella para
poderlo seguir alimentando... Costó, pero lo consiguió!
Tened siempre clara vuestra posición: ¡QUE NO OS SEPAREN!
Nos parece terrible que a estas alturas, una 'palmada', 'torta',
'azote', 'bofetón', 'cachete', o directamente, una 'hostia', se
considere motivo para entrar en debate, como si fuese una cuestión de
agrado o educación, confundiendo la responsabilidad con el abuso y la
educación con el castigo físico, aunque pueda deberse más a una pauta
aprendida que a un comportamiento instintivo. En esta categoría, también entran las nalgadas y los golpes en las manos.
Y es que, lamentablemente, el texto irónico que
sigue a continuación, "De
cómo pegar a los niños, (por su bien)", bien vale de excusa
real para muchos de estos padres, que no entienden que el derecho que
tenemos a hacer las cosas como nos de la gana, no está por encima del
derecho a la dignidad de nadie.
Aunque no lo parezca, el niño reclama de continuo una especial
atención a este respecto, de ahí que no pare e insista hasta que se le
castigue y reprenda. El niño pide a gritos que se le pegue, pues de las
collejas recibidas, a falta de un buen entendimiento
lógico-lingüístico, es de donde colige su escala de valores y aprende a
conducirse en la vida, que no otra cosa es educar. La abundante
casuística demuestra que los niños malcriados entre continuos mimos y
caricias son los primeros en apasionarse por los juegos de guerra y en
adquirir patrones violentos fuera de casa, buscando en la calle lo que
les falta en el hogar entregándose con desenfreno al atractivo
gamberrismo urbano, al jerárquico pandillaje o a la moda del activismo
antisistema, pues como dice el refrán, «en casa de cristal, se arrojan
piedras...»; por consiguiente, los paternales cachetes dados con
cariño, amor y psicopedagogía previenen estas tendencias.
Vaya por delante, más allá de toda opinión, que agredir físicamente a
un niño (igual que a un adulto, pero mucho más cobarde y abusivo), es ilegal:
El castigo físico incumple tres de los cuatro pilares de la
legislación de la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989: el
interés superior del niño, su derecho a la supervivencia y al
desarrollo, y el derecho a que sea respetado su punto de vista. El
artículo 19 de la Convención reclama a los Estados a tomar medidas
"para proteger a los niños y niñas de cualquier forma de violencia
física y mental". El comité, que supervisa el cumplimiento de la
Convención en todo el mundo, formuló en 1995 una recomendación para
"prohibir el castigo físico a los niños y niñas en la familia". En
España, con la ratificación de la Convención en 1990, el Código Penal sanciona explícitamente todo tipo de violencia ejercida contra los niños y niñas. Se considera que el castigo físico no es legal.
(Desde 20
minutos)
Pegar a los niños fomenta la agresividad
Así lo contempla un estudio de la Universidad de Tulane de Nueva Orleans.
"Según los investigadores, a los niños que se les pega con frecuencia a
los tres años, tienden a ser más agresivos a la edad de cinco años,
aunque no se indica en el estudio, podríamos trasladar los datos a
edades más avanzadas. Para llegar a esta conclusión los investigadores
realizaron una encuesta a casi 2.500 madres para saber con qué
frecuencia podían pegar a los niños, sus hijos de tres años, durante el
último mes en el momento de la encuesta. También se les preguntó sobre
el grado de agresividad que mostraba el niño y sobre otras cuestiones
de riesgo relacionadas con la crianza infantil. Casi la mitad de las
madres (un 45’6%) afirmaron no haber pegado a sus hijos, un 26’5%
manifestó haber pegado en una o dos ocasiones a los niños, y un 26’5%
afirmó haber pegado en más de dos ocasiones a los pequeños." "Los resultados muestran que a los cinco años los niños
tenían más propensión a ser agresivos, incurriendo en comportamientos
como los gritos, las discusiones, las amenazas, la intimidación a
otros niños, o la crueldad."
(Desde Pequelia)
Efectos a largo plazo
Otros estudios han podido demostrar además consecuencias a largo
plazo, en este artículo de Mente Libre se
apunta que el castigo físico se asocia a mayores niveles de agresión
contra padres, hermanos y cónyuges. Las personas que reciben azotes en
su infancia tienden a volverse más agresivos y aumentan sus
posibilidades de caer en drogodependencias. Además, a largo plazo, el
castigo físico se relaciona con problemas de salud mental como
adicciones, depresión, trastornos de personalidad o ansiedad. Por otra
parte, también se ha demostrado que puede dañar el desarrollo del niño y
hasta reducir su coeficiente intelectual.
Pero seguimos poniendo excusas
A pesar de todo lo que sabemos, todavía hay quien encuentra excusas para seguir dando cachetes, toques o coscorrones. Ramón Soler
(Mente libre), psicólogo, especialista en psicología infantil y en
psicología perinatal así como en autismo, analiza los comentarios más
habituales que encuentra en sus artículos al respecto, argumentando
que es por su
bien, que es imposible dialogar con niños
pequeños, si no se castiga se es demasiado permisivo
o que los expertos viven en una especie de mundo paralelo y no
entienden de niños.
Nuestros hijos, nuestro reflejo.
Y es que, a pesar de todo, muchos padres siguen sin ser conscientes
de que nuestros hijos aprenden de aquello que ven, y que no hay mejor
ejemplo que el que les demos nosotros día a día, tal y como muestra
este
vídeo y como nos dice Martha A. Chávez en su
libro "Tu
hijo, tu espejo" .
Muchos de esos padres creen que no hay manera de conseguir que un
hijo nos haga caso, se porte bien o nos tenga respeto si no utilizamos
el castigo físico con el (esto último, bastante irónico, que además da
lugar a una enorme y tremenda confusión: el respeto con el miedo).
Esos padres se agarran a la consagrada frase "a mi me pegaron y aquí
estoy", dejando en evidencia que lejos de "no haberles pasado nada",
aquél castigo que recibió en su infancia ha marcado un precedente a la
hora de criar a sus propios hijos, y que obviamente, es una de las
causas de que ese padre vea como algo perfectamente normal agredir a
otra persona (aunque sea pequeña e indefensa) para conseguir su
propósito. Carlos González hace excelentes exámenes de
conciencia en su libro "Bésame
mucho" a este respecto, haciéndonos poner en la piel del
agredido con ejemplos inversos del tipo: "Cuando tu hijo no te hace
caso, después de haberle dicho mil veces que se recoja su cuarto, una
nalgada puede solucionar de inmediato el problema", y sustituyendo el
caso por: "Cuando tu mujer no te hace caso, después de haberle dicho mil
veces que tienes hambre, un buen bofetón puede solucionar de inmediato
el problema" (Texto fictício no extraído del libro).
"Los niños aprenden lo que viven"
Si los niños viven con la crítica, aprenden a condenar.
Si los niños viven con hostilidad, aprenden a pelear.
Si los niños viven con miedo, aprenden a ser aprensivos.
Si los niños viven con lástima, aprenden a compadecerse a sí mismos.
Si los niños viven con ridiculez, aprender a ser tímidos.
Si los niños viven con celos, aprenden qué es la envidia.
Si los niños viven con vergüenza, aprenden a sentirse culpables.
Pero, si los niños viven con tolerancia, aprenden a ser pacientes.
Si los niños viven con estímulos, aprenden a ser confiados.
Si los niños viven con elogios, aprenden a apreciar.
Si los niños viven con aprobación, aprenden a quererse a sí mismos.
Si los niños viven con aceptación, aprenden a encontrar amor en el mundo.
Si los niños viven con reconocimiento, aprenden a tener un objetivo.
Si los niños viven compartiendo, aprenden a ser generosos.
Si los niños viven con honestidad y equidad, aprenden qué es la verdad y la justicia.
Si los niños viven con seguridad, aprenden a tener fe en sí mismos y en quienes los rodean.
Si los niños viven en la amistad, aprenden que el mundo es un bello lugar para vivir.
Si los niños viven con serenidad, aprenden a tener paz espiritual.
Dorothy Law.
Aquellos padres que no conocen otra forma de educar, pueden encontrar
una gran herramienta en el libro "Cómo
hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus
hijos le hablen", de Adele Faber, en el que
enseña a los padres a educar y comprender las preocupaciones de los
hijos, fomentar la colaboración familiar, abordar respetuosamente los
sentimientos, encontrar alternativas al castigo y ayudar a los hijos a
construirse una imagen positiva de sí mismos.
"El que enseña pegando, enseña a pegar"
No es nada raro que el mismo padre o madre que utiliza los azotes
para corregir la conducta de sus hijos, después recrimine la conducta
del mismo cuando es el niño el que pega a otro ante un conflicto o si
considera que la otra persona ha hecho algo mal. Y si el niño crece en
ese contexto en el que se relaciona el castigo fisico con la corrección,
¿de qué vamos a extrañarnos cuando de mayor nos suelte a nosotros
mismos un bofetón, si es lo que les hemos enseñado durante toda su
infancia? Pero eso no es todo, porque existe la posibilidad de que ese
niño no se revele, de que ese niño guarde el dolor en su corazoncito, destrozando su autoestima
y considere algo normal ser castigado ante algo que los demás
desaprueben. Y ese niño puede incluso que acepte los castigos de sus
padres, así como los de otros niños, o los de su pareja, cuando sea
adulto. Porque cree que los merece. A este respecto, hay numerosos
estudios que indican que en la edad adulta, un gran número de personas
buscan en su pareja el reflejo de su progenitor, así una mujer con un
padre alcohólico o violento, es posible que acabe con un marido con las
mismas características.
Además, en un estudio realizado en la Universidad Estatal de Oregón recogido por HealthDay, Shannon Lipscomb, autora del estudio (publicado en la última edición de la revista Development and Psychopathology), afirma que los hijos de padres iracundos son más propensos a las rabietas,
a enojarse fácilmente y a comportarse mal si sus padres se enojan con
rapidez y reaccionan de forma desproporcionada a la conducta de sus
hijos. Y es que los niños tienden a imitar las conductas de afrontamiento que ven en casa.
A este respecto, Raymond Novaco, experto en
psicología sobre el enfado, nos dice en una interesante entrevista
publicada en Bitácora
Cultural, "La ira es una emoción humana corriente muy
importante para vivir, lo que pasa es que a menudo se confunde con la
agresión, que es un comportamiento. Si queremos mitigar la violencia en nuestra sociedad, hemos de empezar en casa"
La letra... ¿con sangre entra?
Agredir a un hijo para corregir su conducta no es un buen método,
como hemos visto, aunque a efectos inmediatos pueda conseguir el
objetivo del padre. El niño agredido puede aprender a escaquearse a
espaldas de los padres para no recibir los golpes, y puede también
animarlo a mentir para evitarlos. Por no mencionar que en muchas
ocasiones, lo único que buscan es llamar nuestra atención, y si no
consiguen llamarla cuando hacen cosas bien, pueden llegar a hacerlo de
la única forma que la consiguen, aunque ésta pueda acabar en agresión
física (por ejemplo, no haciendo caso o desobedeciendo reiteradamente). Y
es que nuestros hijos necesitan llamar nuestra atención no solo para
recibir nuestro cariño, sino también para sentir que forman parte de
algo, que se les tiene en cuenta, que nos importan, que los valoramos y
porque es parte de su propio aprendizaje. En un castigo infantil nunca se debe mostrar extrema
autoridad o agresividad, resulta más efectivo un rostro y una actitud
seria con explicaciones claras que desaprueben una mala conducta. El niño debe entender que se le desaprueba su conducta (no me gusta lo que has hecho, esto está mal, etc...) y no a él (eres malo, no te quiero, etc...)
Es por tanto imprescindible, aunque obviamente no sólo por esto, que
les prestemos la atención necesaria, que pasemos tiempo con ellos, que
les demostremos nuestro amor, que los aceptemos tal y como son sin
comparaciones, que no negociemos jamás nuestro amor por ellos como
consecuencia de una mala conducta, que les escuchemos y comprendamos
(intentando ponernos en su situación y dándole la importancia que
merecen sus 'problemas', aunque a nosotros puedan parecernos triviales,
para ellos pueden resultar realmente graves y nuestra comprensión sin duda les reconfortará y ayudará a solventarlos) y que formemos parte de sus vidas positivamente, sin necesidad de que tengan que llamar nuestra atención a través de un mal comportamiento.
Cuando un niño coge una rabieta, lo que hay que hacer es acompañarlo,
comprendiendo que es una demostración de lo que está sintiendo y siendo
conscientes de que por mucho que nos enfademos o les peguemos, no lo
vamos a cambiar. La diferencia está en lo que ese niño recibirá de sus
padres cuando se encuentra frente a un problema o enfado (¿respeto,
comprensión y cariño... o ira, desprecio y maltrato?) y por tanto, cómo
aprenderá a afrontarlo.
¿Que pintan las paredes? Pues que las limpien. Y cuando se nos
pase el enfado volvemos a hablar de dónde se pinta y dónde no. ¿Que
tiran la leche? Pues les damos un trapito y que lo recojan. Y no como
castigo, sino como un consecuencia lógica de sus actos, porque también
es su casa y todos debemos cuidar de ella. Y si hacen algo en que su
integridad física corre peligro se actúa, se le aparta o se le coge lo
que sea, y ya en situación de seguridad le indicaremos qué ha pasado y
cómo debería actuar. Si un niño se equivoca, debemos
enseñarle amablemente a corregir esa conducta, y si hace algo peligroso o
no adecuado, explicarle, a su altura y sin alzar la voz, aunque con
semblante serio y firme, por qué motivo no debe hacer aquello y cómo
debe hacerlo correctamente.
Principales modelos teóricos explicativos del maltrato infantil
"Algunas investigaciones señalan que una causa importante del
maltrato son las expectativas irrealistas de los padres al esperar de
sus hijos conductas maduras, que son obviamente inapropiadas para la
edad de estos"
Y para ellos, tomamos esta valiosa herramienta, desde Papá
conejo - Mamá piojo:
"Cuando te sientas así, cuando veas que o te tiras a las vías del
tren o te desquicias... cuando sientas que ya no puedes más, antes de
gritar o de perder el control: mírale las manos. Cuando veas lo
pequeñitas que son te darás cuenta de lo pequeñ@ que es, de lo poquito
que basta para hacerle daño."
Las manos son para...
Nuestras manos sirven para acompañar, proteger, mimar, guiar,
sostener, acariciar, sentir... El Consejo de Europa elaboró en 2008
este precioso
vídeo para la campaña por la erradicación del castigo físico
contra niños y niñas.
Save The Children pone a disposición de las familias una sencilla
guía de crianza en positivo, titulada "¿Quien te
quiere a tí?", donde de forma sencilla y amena, da
herramientas para educar de manera respetuosa. Anna Salguero y Mireia Muñoz para 'Por Un Parto Respetado'
Nota: Éste no es un blog médico, sino informativo. Contrasta siempre toda la información y consulta a varios especialistas.
Puedes desactivar el sonido del blog al final de la columna derecha.
En los humanos, el cordón umbilical en un feto es, por lo general, de unos 50-55 cm de longitud y unos 2 cm de diámetro. En algunas ocasiones excepcionales puede llegar a medir incluso dos metros. Contiene dos arterias umbilicales y una vena umbilical, sepultada dentro de la gelatina de Wharton. Es a través del cordón, unido a la placenta, que el bebé recibe su 'alimento' y su oxígeno, proporcionados gracias a la alimentación y respiración de la madre. La
vena umbilical lleva el oxigeno y los nutrientes al bebé, mientras las
arterias umbilicales son las que se encargan de eliminar los desechos y
el dióxido de carbono que éste genera, a través de la placenta, que es la que proporciona oxígeno y nutrientes al feto y facilita la eliminación de
los desechos del bebé.
Al nacer y respirar por primera vez, cambia el sistema circulatorio del bebé, que antes obtenía el oxígeno necesario a través del cordón umbilical y ahora pasa a obtenerlo a través del aire que entra en sus pulmones. Se cierran algunos pasos de sangre que estaban comunicados y se abren otros para que puedan formarse las dos mitades del sistema circulatorio.
La anomalía más frecuente del cordón umbilical es la presencia de sólo dos vasos, una arteria y una vena, denominada arteria umbilical única
(AUU). En un 30% de los casos en que se da esta condición se detecta un
bajo peso al nacer, aproximadamente un tercio de los fetos con este
tipo de cordón presenta alguna anormalidad, donde son comunes las de
tipo cardiacas, renales o del sistema nervioso. www.wikipedia.org
PROLAPSO DE CORDÓN EN EL PARTO
La incidencia de prolapso de cordón es mucho mayor en la rotura artificial de membranas que en la natural, ya que es más probable que se malposiciones el bebé. Esto depende de en qué momento se rompa artificIalmente la bolsa; cuanto más precoz, más probable el prolapso. De hecho, es una contraindicación absoluta romper una bolsa si la cabeza no está bien apoyada en un primer plano. En una rotura espontánea es muy fortuito el prolapso de cordón. Un prolapso de cordón es algo serio y una causa justificada de cesárea, puesto que si la cabeza del bebé comprime el cordón ubilical, no recibe aporte de oxígeno y puede ser fatal. Lo mejor que puede hacer si nota salir el cordón por la vagina (se nota porque hay algo que "late"), es colocarse en posición de genuflexión, o sea, de rodillas en con el culo en pompa intentado mantener la cabeza por debajo del nivel de la pelvis. Las probabilidades de tener un prolapso espontáneo son mínimas excepto cuando el bebé está en posición transversa o podálica, que aumentan. En estos casos hay más probabilidad de que ocurra pero también es más probable que aguante más tiempo (el culete es más blando y aunque comprima se puede mantener un mínimo aporte de sangre).
"Cuando una mujer rompe la bolsa y la cabeza está muy alta, lo mejor que se puede hacer es ponerse de pie y favorecer que esa cabeza se apoye en la salida, bloqueando así la posibilidad de que se salga el cordón. Una de las cosas que dificultan la dilatación es que al estar tumbadas, la cabeza no se apoya bien sobre el cuello, con lo cual no hace presión para que vaya dilatando. Para saber en qué posición está la cabeza no es necesario hacer un tacto: palpando la barriga se nota. Evidentemente, con un tacto te aseguras, pero no es necesario.
Cuando el cordón es especialmente corto, es casi imposible que haga un prolapso. Un cordón corto de verdad, no sólo no sale, sino que da muchas alarmas antes del expulsivo y el monitor lo detectaría. En tal caso, el parto vaginal queda imposibilitado, algo poco frecuente."
Las vueltas de cordón son algo muy común y no tienen por qué provocar nada; eso no quiere decir que en un momento determinado una vuelta (o dos o tres o las que sean), no pueda apretarse y hacer pasar un mal rato al bebé. A veces se aprietan y se sueltan y otras veces no se aprietan o no se sueltan. El cordón umbilical se puede enrollar alrededor de cualquier parte del cuerpo, sobre todo el cuello, los brazos, las piernas o el tronco del niño. A veces se desenrolla solo, otras permanece enrollado hasta el momento del parto. Es algo totalmente impredecible, y un diagnóstico ecográfico de vuelta de cordón no debe preocuparnos. En ocasiones, el bebé aprieta con sus manos el cordón y no tiene ninguna vuelta; o lo comprime entre la cabeza y la pared del útero.
↓ Parto con 5 VUELTAS de cordón ↓
No se justifica ninguna intervención cuando
hay vueltas de cordón. Se hace rutinariamente, pero estas intervenciones no son inocuas:
ni quitar las vueltas (puedes tirar del cordón demasiado y romperlo), ni
tocar a ver si hay vueltas cuando acaba de salir la cabeza (hace daño a
la madre y puede lesionar el periné), ni mucho menos cortar el cordón
aunque haya vueltas apretadas, porque de ese modo dejas al bebé sin
oxígeno hasta que sale y además impides el retorno de sangre de la
placenta, pudiendo dejar al bebé con demasiada poca sangre.
Los estudios que dicen que las vueltas de cordón influyen en la
desaceleración cardíaca durante el parto, en la baja puntuación Apgar y
en la falta de oxígeno se han realizado cortando el cordón en cuanto ha
salido la cabeza del bebé. Esta práctica, extendida incluso en libros de
obstetricia, se basan en literatura médica no evaluada y carecen de
cualquier evidencia científica.
El problema con las vueltas de cordón no depende tanto de lo enredado que venga el bebe, sino de la longitud del cordón. Hay bebés que nacen con varias vueltas al cuello y/o al cuerpo y no padecen ni un segundo; otros tienen una sola vuelta que les imposibilita descender por el canal de parto (bajan con la contracción, pero vuelven a subir cuando les estira el cordón); ésto queda registrado con una simple monitorización. En la mayoría de ocasiones, cuando el bebé nace con alguna vuelta de cordón, lo más sencillo y rápido es meter el dedo y deshacerla.
Las vueltas de cordón han acabado siendo los chivos expiatorios de los profesionales, puesto que les sirven para culpar de cualquier posible complicación durante el parto a la madre o al bebé, en lugar de asumir responsabilidades y buscar el problema en el profesional o el sistema.
Solo uno de cada diez bebés con vueltas al cuello puede requerir una cesárea:
Aunque esto es bastante común y ocurre en alrededor del 20% de los embarazos (0,2% en caso de más vueltas), no suele presentar mayores problemas, porque el bebé recibe el suministro de oxígeno a través del cordón y no por respiración normal. Lo mejor es intentar el parto y solo recurrir a cesarea si aparece sufrimiento fetal. En ningun caso las vueltas de cordón justifican una cesarea si no hay sufrimiento fetal comprobado. Más info, por Raquel Faus, comadrona.
Algo similar ocurre con los nudos, que por si solos no son indicativo de nada. Ha de evaluarse cómo afectan al bebé.
EL PINZAMIENTO DEL CORDÓN (CORTE)
El cordón umbilical no debería ser pinzado (cortado) antes de que deje de latir. Mientras el cordón lata la placenta seguirá insuflando sangre en el cuerpo del bebé. Esta sangre es rica en nutrientes y proporciona una reserva de hierro al niño. Si no la recibiese el niño tendrá un déficit de reservas de hierro y puede padecer anemia, motivo por el cual se insta a las madres a comenzar con la alimentación complementaria muy pronto (4-6 meses, cuando a esa edad SOLO deberían tomar leche). Además, es una excusa perfecta para dejar al bebe sobre su madre, en lugar de cortar-provocar llanto-separar, y fomentar así el contacto piel con piel desde el primer minuto.
En el caso de donar la sangre del cordón umbilical de vuestro bebé, del mismo modo se la quitamos a él para donarla a otras personas, lo cual me parecería maravilloso, si no fuese porque NUESTRO HIJO LA NECESITA:
Para poder donar la llamada “sangre de cordón” es conveniente hacer un
pinzamiento precoz del mismo, con el fin de poder recoger la sangre que
circula por el cordón umbilical y la placenta antes de que el bebé la
retenga en su cuerpo y el cordón deje de latir, ya que si no se consigue
recoger 100ml. como mínimo, los padres habrán hecho la donación, pero
no servirá para trasplantes. [Equip Mudra]
La Organización Mundial de la Salud, en su guía Care in normal birth
(Cuidados en el parto normal), publicada en 1996, aconseja el “pinzado
tardío”, que consiste en cortar el cordón umbilical cuando deja de latir. Según
pruebas científicas, esta técnica reduce el riesgo de hipoxia (falta de
oxígeno en el cerebro del recién nacido), así como de hipoglucemia y de
anemia. Además, permite regular con precisión el pH de la sangre
neonatal (el equilibrio ácido-base determinado por la oxigenación).
Izda: Cordón aun latiendo (aun no se debe cortar) / Dcha: Cordón ya colapsado (ya se puede cortar)
Además, retrasando el corte la placenta sigue con su función oxigenadora del cuerpo del bebé mientras continúe transmitiendo sangre. Y esto, en el momento inmediatamente posterior al nacimiento, es un seguro de vida contra la anoxia (falta de oxígeno) postnatal. Si no se pinza y no se corta podrá seguir proporcionando al recién nacido una segunda fuente de oxígeno. Sus pulmones pueden tomarse su tiempo para comenzar a funcionar perfectamente. No será necesario forzarlos, ni hacer llorar al bebé, ni darle un golpe en la espalda para que respire. Lo hará poco a poco, estando durante esos minutos protegido por el oxígeno que le sigue llegando gracias a su cordón umbilical, que aun late. La Naturaleza ha previsto que el nacimiento no suponga una carrera contra la muerte. Solo hay que dejarla actuar.
Si se tiene paciencia el cordón umbilical se colapsará por si solo (dejará de latir), y a veces tarda solo 3 minutos, y otras veces tarda 15 ó 20. Una vez suceda eso si puede pinzarse y cortarse. Si se hace antes puede provocar anoxia y hasta daños irreversibles por falta de oxígeno cerebral en algunos bebés, sobre todo los que nacen con sufrimiento fetal agudo y necesitan más que ninguno que la placenta le siga pasando durante unos minutos sangre con oxígeno. Esto es igual de importante o más en el caso de los bebés prematuros, que necesitan el aporte extra de oxígeno y toda la sangre llena de nutrientes y hierro que puedan recibir.
Desde www.bebesymas.com
El cordón umbilical, garantía de hierro
"Hay un arma poderosa y casi secreta que puede prevenir los riesgos de una mala alimentación en el momento en que nace un chico: el ombligo. La doctora María del Carmen Morasso, de UNICEF, reveló a este Equipo de Investigación que ese fondo de Naciones Unidas recomienda que los médicos no corten inmediatamente el cordón umbilical de un recién nacido. "La idea es que esperen unos dos minutos. Durante ese lapso sigue pasando sangre de la mamá al bebé. Y esa sangre que pasa en ese tiempo tan cortito tiene mayor cantidad de hierro que la que hay en seis meses de lactancia materna. Esos dos minutos unido a su madre le garantiza al bebé un tanque lleno hasta los seis meses de vida, cuando empieza a comer otros alimentos. Los estudios de UNICEF hechos con universidades internacionales revelaron que a los seis meses de vida un cuarenta por ciento de los chicos ya estaban anémicos. ¿Qué pasaba? ¿Un error de la Naturaleza? No. Averiguamos que el cordón se había cortado en esos casos en forma inmediata. En la Argentina, el cordón umbilical se corta a los veinte segundos con lo que casi no pasa hierro de la madre al chico."
En otras ocasiones, el cordón umbilical NO SE CORTA cuando nace el bebé, y se deja que se seque, unido a la placenta, hasta que cae por sí mismo (3 o 4 días después del nacimiento). Este tipo de nacimiento recibe el nombre de nacimiento LOTUS. Su nombre se debe a la enfermera californiana Clair Lotus Day, que, en
1974, decidió que su hijo naciese de esta manera. Su motivación era de
índole espiritual, pero esta técnica también ha demostrado ser
beneficiosa para la salud. Puede dejarse secar al aire libre o meterla en una bolsa o toalla. Más info sobre nacimiento Lotus.
CÉLULAS MADRE
Recientemente, se ha descubierto que la sangre del cordón umbilical es
una fuente fácilmente disponible de células madre que se pueden utilizar
para el trasplante de médula en caso de leucemia.
En ciertos casos el cordón umbilical se dona a hospitales públicos. En España el almacenamiento de los mismos se lleva a cabo en los bancos públicos de cordón umbilical, de los que hay seis homologados en ese país. Posteriormente, se lo utiliza para realizar trasplantes de células madres adultas obtenidas de la sangre del cordón umbilical, una alternativa más eficaz al tradicional trasplante de médula osea,
ya que disminuye la probabilidad de rechazo y mejora y acelera el
resultado terapeútico.
También se almacenan en clínicas privadas
autorizadas para un posible autotrasplante futuro.
Es necesario tener en cuenta los beneficios del corte tardío del cordón umbilical a la hora de decidir su donación, y ser conscientes de que para que podamos donar la sangre del cordón de nuestro bebé, hemos de consentir que se lo corten prematuramente, con todos los riesgos que ello conlleva. [Próximamente más información.]
CUIDADOS DEL CORDÓN UMBILICAL
Cuando se corta el cordón umbilical, queda un muñón que luego se seca, sana y generalmente se cae al cabo de una a tres semanas. Mientras el cordón está sanando, se lo debe mantener lo más limpio y seco posible. En muchas ocasiones el retraso en caerse el cordón se debe a un exceso de humedad. Hace un tiempo, para evitar esa humedad, se desaconsejaban los baños del bebé antes de que hubiera caído el cordón, pero hoy día esa recomendación ha quedado obsoleta, puesto que secándolo bien tras el baño, tarda lo mismo en caer que si se limpia con una esponja. También es recomendable doblar la parte de arriba del pañal hacia abajo, destapando el ombligo y el muñón para que quede expuesto al aire y no esté en contacto con la orina.
Cuando nazca el bebé, tu médico o comadrona rociará la zona umbilical con un antiséptico después de prender y cortar el cordón para prevenir una infección. Se ha recomendado durante años que una vez en casa, la madre limpie la base del muñón umbilical con una gasa mojada en alcohol o mercromina o clorhexidina, una o dos veces al día. Hay muchos pediatras que aún siguen sugiriendo esta práctica, pero otros piensan que es más eficaz dejar que el cordón se seque al natural.
Nota: El uso de yodo, povidona yodada (Betadine), está absolutamente desaconsejado en mujeres embarazadas, niños menores de tres años y madres lactantes.
La recomendación cambió después de que un estudio realizado en Ontario, Canadá, por Hamilton Health Sciences Corporation, demostró que los cordones umbilicales que no recibían ningún tratamiento cicatrizaban en ocho días, mientras que los que eran rociados con alcohol tardaban 10 días en caerse. (Ninguno de los 1.800 recién nacidos que participaron en el estudio desarrollaron infecciones del ombligo.)
Este método de curación se llama "cura seca"
del cordón, y consiste simplemente en mantenerlo limpio y dejarlo
secar sin aplicar antisépticos. Se puede bañar al bebé con normalidad,
aunque conviene no bañarlo hasta los tres o cuatro días de vida, para
conservar los beneficios de la vernix caseosa.
Cuanto más aireado esté el cordón, mejor. Se pudrirá, y eso olerá un
poquito, pero en breve caerá. Puede tardar entre 3-7 días en caer con
éste método:
"Se realizó una búsqueda bibliográfica encontrando que los cuidados más apropiados para el manejo del cordón umbilical son los cuidados naturales: dejar secar al aire sin aplicar ningún producto e higiene con agua y jabón. El uso de antisépticos no aporta mejores resultados en cuanto a prevención de onfalitis (infección del cordón) y, sin embargo, no están exentos de efectos adversos." [Fuente: "Cuidados naturales en el cordón umblilical del recién nacido. Medicina naturista" Dialnet]
"Los diferentes estudios parecen estar de acuerdo con el uso de antisépticos si no se reúnen dichas condiciones,
así como en recién nacidos hospitalizados. El antiséptico
ideal para ello no se ha determinado. La mayoría de estudios apuntan a la clorhexidina como el más
adecuado, rechazando el alcohol u otros preparados utilizados
en nuestro medio.
La mayoría de estudios que comparan la cura en seco
con el uso de antisépticos para el cordón umbilical concluyen
que con un antiséptico el tiempo de caída del
cordón es mayor, y que a pesar de reducir la tasa de colonización,
esto no tiene relación con la infección del
cordón umbilical"[Fuente: "La cura en seco del cordón umbilical en el recién nacido. Revisión de la evidencia.Matronas profesión"]
Se debe vigilar el cordón umbilical por si hay infección. Esto no ocurre con frecuencia, pero cuando lo hace, puede diseminarse con rapidez. Los signos de infección son:
Secreción amarillenta y mal oliente del cordón
Enrojecimiento y sensibilidad de la piel alrededor del cordón
Otro de los problemas poco frecuentes es el sangrado activo, el cual generalmente ocurre cuando el cordón es halado demasiado pronto. Debe permitirse que el cordón se caiga de manera natural, incluso si sólo pende de un hilo. En el sangrado activo, cada vez que se limpia una gota de sangre, aparece otra gota. Se debe llamar al médico de inmediato si el cordón en efecto sangra de manera activa.
Algunas veces, en lugar de secarse por completo, el cordón forma un granuloma, que es tejido cicatricial de color rosado. Este granuloma drena un líquido amarillento y claro. Esta afección generalmente desaparece en alrededor de una semana; pero de no ser así, es posible que el pediatra deba quemar (cauterizar) el tejido de granulación.
El muñón del cordón umbilical del bebé debe sanar y caerse para cuando el bebé tenga 8 semanas. Si este muñón permanece por más tiempo, puede haber un problema con la anatomía o el sistema inmunitario del bebé. Se debe consultar con el pediatra si el muñón no se ha secado y desprendido para cuando el bebé tenga dos meses de edad, porque existe la posibilidad, aunque pequeña de que el bebe tenga un defecto del ligamento umbilical.
Edición 2017:
He descubierto una web española donde
realizan JOYAS de placenta, cordón umbilical, leche materna... e incluso
cenizas. Si te interesa, se llama JOYAS DE LECHE by LETY
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"El miedo a saber es, en el fondo, miedo a hacer, porque todo conocimiento entraña una responsabilidad". [Abraham Maslow]
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