Se manifiesta en la madre con alteraciones en todos los órganos y en el bebé, con 'insuficiencia placentaria' (bebé pequeño).
Puede padecerse preeclampsia leve y preeclampsia severa y es importante hacer esta distinción. Es necesario remarcar que tan solo ha de sacarse al bebé si la preeclampsia es grave; Si es leve, aunque requiere hospitalización inicial para descartar posibles preeclampsias de rápida evolución, la mujer puede hacer vida normal fuera del hospital siguiendo un estrecho control médico (tensión arterial, síntomas, analíticas y orina) y observación del estado del bebé mediante ecografía doppler.
La ecografía Doppler es una ecografía a color que permite observar el movimiento de la sangre a través de venas y arterias y al mismo tiempo medir este flujo.
Permite por tanto evaluar y medir el caudal circulatorio del cordón umbilical, la circulación uterina, así como el flujo sanguíneo de las válvulas y las cavidades del corazón del feto, para comprobar si éste está funcionando correctamente y si el flujo sanguíneo que llega al feto es correcto. En obstetricia, la eco Doppler se utiliza en general para valorar el bienestar fetal en sospecha clínica de; insuficiencia placentaria, hipoxia fetal, sufrimiento fetal, enfermedad hipertensiva del embarazo, malformaciones congénitas, circular de cordón y otros.
En caso de preeclampsia grave, en general es preferible una inducción comenzando con prostaglandinas vaginales y continuando con oxitocina intravenosa porque si el bebé nace por vía vaginal, los síntomas de la preclampsia en la mujer suelen tardar pocas horas en desaparecer, mientras que cuando el bebé nace por cesárea, es habitual que los síntomas persistan varios días e, incluso, semanas. Esto puede deberse a que al abrir a la madre para realizarle la cesárea, parte de las proteínas del bebé que contiene la placenta o el líquido amniótico permanecen en la cavidad abdominal de la madre, por lo que el rechazo inmunológico de la madre a las proteínas fetales permanece.
Sin embargo, si ese parto pudiera ser muy precoz (prematuro: antes de las 34 semanas), la enfermedad se puede manejar con reposo en cama, control exhaustivo y realizar el parto tan pronto como el bebé tenga buenas probabilidades de sobrevivir fuera del útero. El tratamiento durante las semanas 24 a 34 abarca la aplicación de inyecciones de esteroides a la madre para ayudar a acelerar el desarrollo de los órganos fetales, incluyendo los pulmones.
Muy raramente vuelve a ocurrir en un segundo embarazo o después del parto.
- Las causas exactas de la preeclampsia no se conocen, pero tiende a darse en mujeres con un historial médico determinado:
Se detecta su presencia por tensión alta, niveles altos de proteína en la orina (albúmina), edema (hinchazón) en extremidades y cara y reflejos en las rodillas aumentados. Se diagnostica la preeclampsia cuando en una mujer embarazada aparece repentinamente una elevación de la presión arterial -en dos lecturas separadas tomadas al menos 6 horas aparte de 140/90 mmHg o más- y un nivel de proteína en la orina de 300 mg o más.
Michel Odent, por el posible efecto nocebo de los cuidados prenatales en la embarazada, defiende realizar de forma rutinaria el test de proteína en orina (que se mide con una tira reactiva) y tan sólo controlar la presión en el caso de que el test reactivo de positivo.
- La PRESION ARTERIAL mide la presión a la que el corazón bombea la sangre a través del cuerpo. La lectura está compuesta por dos números: el mas alto es la presión sistólica (cuando el corazón se contrae, bombea y late) y se mide cuando la banda del brazo está apretada. Al descender la presión, se toma la presión diastólica, que es la presión existente en el descanso, entre latidos. Estadísticamente, la lectura media en el embarazo es de 120 sobre 70, aunque difiere con la edad y otros factores.No obstante, hay profesionales que no presentan el aumento de la tensión sanguínea como una mala noticia. Estos profesionales, han entendido la diferencia fundamental entre la hipertensión gestacional ("el embarazo induce una cierta hipertensión"), que es una respuesta fisiológica, y la enfermedad llamada pre-eclampsia. Un estudio demostró claramente que, comparadas con el conjunto de la población y con las mujeres con pre-eclampsia, los mejores resultados estaban en el grupo de las mujeres con hipertensión gestacional. "El posible efecto nocebo en el cuidado prenatal", por M. Odent.
-Preeclampsia grave: TA mayor o igual a 160/110 + proteinuria mayor o igual a 5g/24h. Sólo está indicado bajar la tensión con medicación cuando ésta supera 160/110; si está por debajo de esa cifra, podría alterar el flujo sanguíneo a la placenta.
- La ALBÚMINA es la proteína más abundante del plasma, la principal proteína de la sangre y la produce el hígado. Su principal función es la de encargarse de la presión oncótica (la correcta distribución de los líquidos corporales). Su presencia elevada en la orina indica que los riñones no funcionan del todo bien y tiene una relación directa con posibles complicaciones cardíacas. En condiciones normales (no embarazada), la excreción de albúmina en la orina no sobrepasa los 30 mg/24 horas. Se considera proteinuria cuando la cantidad de proteínas en la orina es mayor a 0.3 gramos en 24h.
- El EDEMA es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación de agua u otras substancias en el organismo. Si se aprieta la zona con el dedo, ésta se queda blanca y hundida por un tiempo hasta que vuelve a su estado anterior. Ganar más de 1 Kg en una semana o de forma súbita en un periodo de 1 a 2 días, predominando la hinchazón en cara y manos, puede ser un indicativo.
Es importante tener en cuenta que en el embarazo, y debido a los cambios hormonales que afectan al intercambio de líquidos, es normal que aparezca edema al final de la gestación y por tanto una cantidad más elevada de albúmina en la orina de la que se considera normal en una persona adulta sana que no esté embarazada. También es normal que aumente la presión sanguínea, dado que aumentamos en unos 1500 ml la cantidad de sangre que el corazón ha de bombear por nuestro cuerpo y hacia nuestro útero. Por tanto, y dado que la sangre está más diluída, es normal que aparentemente casi todas las embarazadas parezca que tenemos anemia, cuando no es así... sencillamente estamos embarazadas. (Ver "El posible efecto nocebo en el cuidado prenatal".)
- Otros síntomas de preeclampsia:
Las complicaciones principales de la preeclampsia son que puede afectar a las funciones renales y hepáticas (daño en riñones e hígado), la coagulación de la sangre, la presión sanguínea (daño coronario) y hemorragias cerebrales.
- Muy raramente la preeclampsia se transforma en eclampsia o síndrome HELLP, una de las enfermedades más peligrosas del embarazo. Si la preeclampsia severa se manifiesta mediante convulsiones, se llama ECLAMPSIA; si se manifiesta mediante alteraciones del hígado o de la sangre, se llama SINDROME HELLP.
El síndrome HELLP es un tipo severo de preeclampsia y se presenta en aproximadamente el 10% de las mujeres embarazadas que tienen preeclampsia o eclampsia y usualmente surge como una complicación asociada a alguna de estas dos condiciones médicas. No obstante, el síndrome de HELLP también puede desarrollarse aunque la mujer en cuestión no padezca preeclampsia ni eclampsia. El término HELLP es un anagrama, que quiere decir H: Hemólisis (la ruptura y diseminación de las células de los glóbulos rojos en el organismo) ; EL: Enzimas hepáticas elevadas; LP: Bajo conteo de plaquetas(lo cual contribuye a una deficiente coagulación sanguínea). El síndrome de HELLP usualmente se desarrolla durante el tercer trimestre del embarazo, aunque puede llegar a desarrollarse mucho antes. Muchas mujeres presentan presión arterial alta y se les diagnostica preeclampsia antes de que desarrollen el síndrome HELLP. Sin embargo, en algunos casos, los síntomas de HELLP son la primera advertencia de preeclampsia y la afección se diagnostica erróneamente como hepatitis, trastornos de la vesícula biliar, púrpura trombocitopénica idiopática o púrpura trombocitopénica trombótica.
Sus síntomas son dolor de cabeza muy severos, náuseas y vómitos que siguen empeorando, dolor abdominal alto, dolor en la parte superior izquierda del abdomen (justo debajo de las costillas), problemas de visión.
Entre sus complicaciones se incluyen: convulsiones o ataques de apoplejía (derrame/ataque cerebral), como consecuencia de la restricción del flujo sanguíneo hacia los diferentes órganos, causada por la hipertensión arterial. Anemia, causada por la ruptura y diseminación de los glóbulos rojos. Problemas de coagulación, entre los que se incluyen: Coagulación Intravascular Diseminada (CID), la cual puede llegar a provocar hemorragias internas. Desprendimiento abrupto de la placenta. Dificultad para respirar, causada por la acumulación de líquido en los pulmones. Daño hepático o falla hepática. Daño renal o falla renal. Apoplejía o derrame cerebral.
Las secuelas en el bebé: Si tuviera más de 37 semanas de gestación, es muy probable que no sufra ninguna clase de complicación física causada por este síndrome. Los bebés más pequeños pueden tener que lidiar con efectos relacionados con este síndrome en el largo plazo, tales como: retardo en el crecimiento o complicaciones asociadas con el nacimiento prematuro.
El tratamiento principal es inducir el parto lo más pronto posible, incluso si el bebé es prematuro, debido a que la función hepática en la madre se deteriora con mucha rapidez. Los problemas con el hígado pueden ser dañinos tanto para la madre como para el bebé.
- ¿Qué ocurre después de la preeclampsia?
Después de un primer embarazo complicado por la preeclampsia, su riesgo de recurrencia es de uno entre 20 aproximadamente. Esto es una media y el riesgo individual de recurrencia puede ser superior para quienes desarrollaron la preeclampsia relativamente pronto en el embarazo anterior e inferior para quienes la desarrollaron al final o en una fecha próxima al mismo. Sin embargo, si se produce una preeclampsia grave en un segundo embarazo, el riesgo de recurrencia en un tercer embarazo será muy elevado, aunque algunas mujeres tienen, no obstante, embarazos relativamente normales.
¿Quién la padecerá otra vez?
Es imposible predecir quién padecerá y quién no padecerá preeclampsia de nuevo. Ciertos problemas de salud a largo plazo aumentan el riesgo de preeclampsia, incluyendo la presión arterial alta crónica, las nefropatías y la diabetes. El riesgo también aumenta en presencia de otros factores de predisposición, tales como una edad avanzada, un índice de masa corporal (IMC) superior a 30, los embarazos múltiples y un intervalo superior a 10 años desde que nació el último hijo. Tendrá más probabilidades de padecer preeclampsia de nuevo si apareció antes de transcurridas 37 semanas en su primer embarazo, si su preeclampsia fue grave o si su bebé nació bajo de peso. Si la padece otra vez, es probable que aparezca aproximadamente en el mismo momento que en su último embarazo o un poco después.
¿Se puede reducir el riesgo?
No hay medidas de autoayuda que funcionen de forma garantizada. Una buena dieta equilibrada es importante para el éxito de cualquier embarazo, pero no se puede recomendar una dieta específica para prevenir la preeclampsia, salvo en casos de hipertensión previa al embarazo. Algunos médicos recomiendan tomar pequeñas dosis de aspirina o suplementos de calcio, magnesio o selenio, asi como hacer ejercicio o reposo a las mujeres con antecedentes de aparición temprana de esta condición (es decir, antes de las 32 semanas), pero no existe evidencia científica que demuestre su eficacia y tampoco es un tratamiento de autoayuda, que deberá emplearse únicamente bajo la estricta supervisión de un médico del hospital.
Se habla también de la disminución del riesgo de padecer una preeclampsia administrado ácido fólico durante toda la gestación, que además de evitar malformaciones embrionarias como la espina bífida en el primer trimestre de gestación, parece ser capaz de disminuir la concentración de homocisteína en sangre, que es una de las “toxinas” que aumenta, aunque no dispongo de datos que lo confirmen. (De ser así, editaré este post para añadirlos). Existen datos científicos que apuntan a que haber recibido una transfusión sanguínea del padre disminuye el riesgo de padecer preeclampsia, y que la exposición repetida al semen de la pareja establece la tolerancia inmunológica necesaria para un embarazo sano con éxito:
Las teorías actuales apuntan a que la preclampsia es un trastorno inmunológico. El bebé tiene proteínas procedentes genéticamente de su madre y otras procedentes genéticamente de su padre. En el embarazo de una mujer sana, el sistema inmunológico debe hacer un esfuerzo considerable para no crear reacciones de rechazo (como las reacciones que se producen en los transplantes) a las proteínas del bebé que no están en la madre (es decir, las que genéticamente proceden sólo del padre). Según estas teorías, la preclampsia no es otra cosa sino un fallo en este amoldamiento que en los embarazos normales hace el sistema inmunológico. Hay múltiples datos científicos que apoyan estas teorías, por ejemplo:
Dr. Emilio Santos Leal
- Se sabe que la preclampsia es típica de mujeres que llevan poco tiempo con su pareja.
- Se sabe que la preclampsia es típica de primeros embarazos.
- Se sabe que el efecto protector de haber tenido embarazos previos se pierde cuando el nuevo embarazo es de una nueva pareja.
- Se sabe que las mujeres que han recibido transfusiones de sangre procedentes de su pareja, tienen menor probabilidad de preclampsia en sus embarazos.
- Se sabe que las mujeres que van a recibir un transplante de sus maridos, tienen mejor tolerancia al mismo si antes han realizado exposición oral a HLA del semen de su marido.
- Se sabe que el fluido seminal contiene gran cantidad de factores reguladores del sistema inmune.
- Algunos estudios han comprobado que el hecho de haber tenido relaciones sexuales con exposición (vaginal u oral) al semen de su pareja durante tiempo antes del embarazo, constituye un factor protector de preclampsia.
RESUMIENDO...
- Tener la tensión alta, algo de albúmina o edema no quiere decir que tengamos preeclampsia: es necesario realizar analítica de sangre y eco Doppler, entre otras, para poder diagnosticarla.
- Una preeclampsia leve no requiere hospitalización permanente, unicamente control médico.
- Si es necesario forzar el nacimiento del bebé, es mejor realizar una inducción para parto vaginal que realizar una cesárea.
- La preeclampsia raras veces puede transformarse en aspectos graves de la propia enfermedad: eclampsia y sindrome HELLP.
- Haber padecido preeclampsia en un primer embarazo no significa que se vaya a padecer en siguientes.
- El único metodo con evidencia científica que previene la preeclampsia es el contacto con el semen del padre del bebé.
- Fuentes:
Protocol de seguiment de l´embaraç a Catalunya.
- Más info:
Hipertensión y Preeclampsia, Eclampsia y Síndrome HELLP, El Parto es Nuestro.
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