"La familia no educa solamente a los hijos. Educa también a los padres"
A raíz de nuestro artículo "El cachete también es violencia" publicado en Facebook, una de nuestra lectoras nos hizo una aportación muy interesante motivada por un artículo anterior leído en la edición digital de 'Málaga hoy', sobre el juez de menores granadino Emilio Calatayud, donde reivindicaba la necesidad de un pacto educativo "en el que todos estemos implicados porque todos somos responsables”.
En realidad fue un comentario al artículo que no llegaron a publicar, pero merece la pena hacerlo, así que con su autorización y mi agradecimiento, aquí os lo transcribo:
De que pacto quieren hablar, el cinismo y la comodidad se ha instalado en nuestra sociedad de progres, me acuerdo que hace unos meses el congreso apoyó por mayoria de todos los partidos (QUE A UN NIÑO NO SE LE PUEDE TOCAR EL PELO) ¿ Luego entonces de que nos quejamos ? El maltrato infantil es una cosa y el que tu les des un cachete a un niño caprichoso otra, sin embargo la ley no hace diferencias, un padre o madre puede acabar en la cárcel por una bofetada.Por Ángeles López, maestra de primaria.
Analicemos idea por idea:
1º: Nuestra sociedad es muy plural, es de progres, de fachas, de quinquis, de tolerantes, de extremistas, de egoístas, de sensatos, de pacientes, de impacientes… ¿qué quieres ser tú, qué quiere ser cada uno? La sociedad somos todos, los cínicos y los cómodos somos nosotros mismos. Dejemos de culpar de todo a ese fantasma social y hagamos algo por mejorarlo, si es que tanto nos disgusta. Pero seguir defendiendo la violencia como herramienta para educar no es el mejor ejemplo. La violencia engendra violencia, rencor, odio, dolor, impotencia, frustración, rabia. Y nada más que eso. No sirve para nada bueno.
2º: El maltrato infantil es una cosa y el que tú le des un cachete a un niño caprichoso otra, o bien, “El maltrato machista es una cosa y que tú le des un cachete a una mujer caprichosa otra”, o también, “El maltrato animal es una cosa y que tú le des una patada a un perro caprichoso otra”… ¿Qué lectura le damos? ¿Cuál es la diferencia? ¿Que el niño no es un adulto, o que es “nuestro”? La agresión a un niño es siempre un abuso de autoridad, aunque sea un cachete. ¿Por qué no lo hacemos también con un vecino caprichoso, o con un jefe caprichoso, o con una suegra caprichosa? Evita que el niño llegue a ser un caprichoso. Esa es la clave, no el cachete. No le hagas pagar a él con tu violencia tu incapacidad como educador.
3º: Tampoco tú haces diferencias cuando aplicas la bofetada indiscriminadamente, porque tú le creas caprichoso, sin saber si a ese niño y en ese momento concreto le va a hacer reaccionar, le va a reafirmar aún más en su postura caprichosa o le va a hundir en la miseria, porque cada persona es un mundo, y ¡oh, sorpresa, los niños también entran en la categoría humana! Todo esto no significa la permisividad por sistema, la relajación de las normas o la ausencia de ellas. Es simplemente incluir el respeto, y no el cachete, en el proceso educativo. Por algo hemos empezado: celebro la decisión del Congreso, cuando vea a un adulto agredir a un niño ya podré denunciarlo.
Nota: Éste no es un blog médico, sino informativo. Contrasta siempre toda la información y consulta a varios especialistas. Puedes desactivar el sonido del blog al final de la columna derecha.
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